El subcampeonato más «dulce» de Javier Martínez

El jugador alcoyano disputó recientemente el Mundial de dardos 501 en Chicago con la Selección Española

Le gusta decir entre sus íntimos, medio en serio y medio en broma, que lo suyo es ser segundo, que lo de acabar primero está muy bonito para las fotos, pero que lo de ganar títulos lo deja para otros. Ironía o no, lo cierto es que en su palmarés como jugador de élite de dardos acumula más segundos puestos que primeros, pero también hay títulos, algunos de relumbrón, como los tres campeonatos de España individuales o el campeonato de Europa logrado con la Selección Española a comienzos de mayo pasado en Salou. Sin embargo, hay segundos puestos que saben mejor que un título y se celebran incluso bastante más.

Es lo que le pasó recientemente a Javier Martínez, quien tras realizar el lanzamiento definitivo que daba a España su primer título europeo tras cinco subcampeonatos continentales seguidos en la final contra Holanda, guardará para siempre en su memoria por delante de ese Europeo lo vivido recientemente en el Mundial de Darts 501, considerado como el juego de dardos más practicado del mundo, donde el combinado español conquistó el mejor resultado histórico al terminar subcampeón tras caer en la final frente a Estados Unidos.

“Ahora ya me puedo retirar tranquilamente. Ni en mis mejores sueños podía imaginarme jugando un Mundial, disputando la final contra Estados Unidos, en su casa y enfrentándome a jugadores que antes solo había visto por televisión. Fue una experiencia única que nunca olvidaré. Fue como ver cumplido un sueño”, ha relatado Javier Martínez a su regreso de Chicago, lugar donde el operador Bullshooter organiza desde hace más de tres décadas este evento que reúne a los mejores jugadores del mundo. “Fascinado es una definición que se queda incluso corta. Me habían hablado maravillas, pero una vez que estás allí no dejas de alucinar cada segundo que pasa por la organización y el montaje que hay alrededor de este evento”, desvela el alcoyano.

Para Javier Martínez culminaron en Chicago los cuatro meses más intensos de sus siete años como jugador de élite. El desencadenante fue un accidente laboral en febrero pasado que a punto estuvo de costarle la mano derecha. El cirujano de Valencia que le operó le aseguró que fuese olvidándose de volver a jugar a dardos. Hacía meses que tenía decidido que esta iba a ser su última temporada y que quería aprovechar la oportunidad que el Europeo se iba a disputar en casa para despedirse con un buen sabor de boca.

Con un dolor a veces insoportable por los 38 puntos en la mano, desoyó los consejos del médico y siguió entrenándose en su casa sin que nadie lo supiera. No solo llegó en condiciones al Europeo de Salou, sino que fue decisivo en el título del combinado español con ese lanzamiento que dio el título a nuestro país.

Quedaba un último reto e iba a ser al otro lado del Atlántico. España no tuvo suerte en el sorteo y se emparejó en la fase de grupos con Estados Unidos, Canadá, Noruega y Filipinas. El debut fue encima contra Estados Unidos, con tres jugadores profesionales y dos en el Top Ten mundial. Ganaron los americanos, aunque España logró salvar la honrilla anotando un punto (3-1). El equipo nacional supo rehacerse de ese primer traspiés y consiguió terminar segundo de grupo tras derrotar 4-0 a Canadá, 3-1 a Noruega y 4-0 a Filipinas. Javier Martínez reconoce que no estuvo bien. “Me pudo el jet lag. Llegamos a Chicago a las dos hora de allí y a las siete ya estábamos jugando. Me costó arrancar”, desvela.

Después hubo una segunda fase de grupos con Malasia y Dinamarca como rivales. Ganaron ambos encuentros por 4-1 y 3-2, con lo que quedaba la final, donde se volvieron a enfrentar a Estados Unidos. “Nos pudo más el respeto, el saber que estábamos jugando contra varios de los mejores jugadores del mundo, que ser conscientes de que estábamos jugando una final de un Mundial. Estuvimos muy lejos de nuestro mejor nivel. Si hubiéramos conseguido jugar al nivel de los otros enfrentamientos, no digo que les habríamos ganado porque ellos están varios escalones por encima de nosotros, pero sí que hubiéramos podido hacer algún juego más”, comentaba el alcoyano del 5-1 con el que se decidió la final.

Además del campeonato de selecciones, se jugaron competiciones individuales y por equipos. En el individual, Javier Martínez no logró pasar el corte para estar junto a los mejores, pero sí que brilló por equipos. Junto con Josep Masnou, Ángel Rodríguez y Jorge García “Milito” terminaron cuartos; en dobles mixtos junto con Mila Martínez lograron el noveno puesto, posición que repitió en triples mixtos junto con Masnou y Martínez. “Era mi último cartucho y lo he sabido aprovechar”, confesaba sobre su posible retirada, no de la práctica de los dardos, pero sí de la élite. “Tengo un hijo de 18 meses que te obliga a replantearte muchas cosas. Se hace difícil dedicar dos o tres horas al día como hacía hasta ahora y luego el fin de semana coger el coche e irte a muchos kilómetros de casa para tomar parte en una prueba del circuito nacional. Sin esas competiciones es complicado poder optar a la Selección Española. También es verdad que por detrás vienen apretando mucho. Antes me cabreaba bastante cuando fallaba un lanzamiento. Luego me pasaba una semana entera practicando hasta que mecanizaba ese lanzamiento. Ahora quiero tomarme las cosas de otra manera y disfrutar de los dardos, aunque soy muy competitivo y no sé que puede pasar. De momento no es una retirada”, aclaraba a modo de despedida.

Eso sí, con el orgullo de haber contribuido a la mejor clasificación histórica de España en un Mundial, “aunque sea de una práctica tan minoritaria como los dardos. Muchos creen que no tiene mucho mérito lo que hacemos, pero detrás hay muchas horas de sacrificios”, resume.

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