El señor de los anillos
En el deporte local son infinidad los casos de jugadores que han conquistado al menos un título liguero, la lista empieza a estrecharse cuando hablamos de alguien que lo ha conseguido un puñado veces, no digamos en dos deportes diferentes y ya habría que indagar bastante para saber de alguien que lo ha logrado en tres ligas distintas y además no se le ha quedado ningún título por levantar.
Es el caso de Manu Bermúdez, uno de los grandes protagonistas del histórico doblete del Vedruna ANTN Albaida en la Mutua Levante Liga Local de baloncesto, que tiene la rara habilidad –o el don, según se mire– de hacer campeón a aquel equipo en el que ficha, sin importar la disciplina que practica.
Lo consiguió en aquel Bar Ecuador que marcó toda una época en el fútbol sala local conquistando varios títulos de Liga, Copa y de 24 Horas. Después fichó por el CDC para jugar la Liga de Fútbol 7 de veteranos, consiguieron desbancar en una temporada increíble al mismísimo Full Equip en la que se llevaron todos los títulos posibles, incluida la Champions comarcal.
Manu Bermúdez lo ha vuelto a conseguir esta campaña, en su regreso a las ligas locales tras un parón por lesión, siendo decisivo en la remontada de los Miqueros en la final del Trofeo Filaes frente a los Cides, llevando a su filà a su primer título en baloncesto, y volvió a salirse este domingo en el tercer y definitivo partido de la final entre el Vedruna y los Cides con sus 25 puntos –máximo anotador del encuentro–, que ha llevado a su equipo a levantar por primera vez este título liguero, que se suma al de Copa que consiguieron a comienzos de mayo, un doblete que nadie había conseguido desde hacía cinco temporadas.
JUEGA CON UNA GRAVE LESIÓN
Lo suyo aún tiene más mérito si cabe porque juega con el ligamento cruzado de la rodilla izquierda roto, cuando en 2013 ya padeció una lesión igual pero en la otra rodilla, que le obligó a parar una temporada tras pasar por el quirófano. Su regreso en 2015 vino acompañado de unas molestias en la otra pierna, hasta que las pruebas médicas a las que se sometió descubrieron que debía ser intervenido otra vez de la rodilla, cosa que no hizo.
Como quería seguir en activo, comenzó a nadar y se compró una bicicleta, iniciándose en el triatlón, disciplina en la que estuvo compitiendo durante todo el 2016. Hasta que el verano pasado, algunos de los compañeros con los que había coincidido en el ANTN (Açò no té nom), equipo que se fundó tras la desaparición del Filà Cordón que creó Quico Córcoles, le convencieron para volver a jugar a baloncesto. “Se había configurado un muy buen equipo con posibilidades de hacer algo y acabaron por convencerme. También si tengo que elegir entre todos los deportes que he practicado, me quedo con el baloncesto, es donde más a gusto me siento”.
Después de una fase regular discreta en la que terminó quinto, no fue hasta la llegada de los play-offs cuando el Vedruna ANTN Albaida sacó a relucir su gen ganador y dio la razón a los que le daban como uno de los favoritos a desbancar a la Filà Cides, que había conquistado cinco de los últimos seis títulos ligueros.
“Ahora mismo, si quieres ganar algo en el baloncesto local, vas a tenerte que encontrar con los Cides, siempre están ahí. Nos une una sana rivalidad con ellos. Durante la temporada todos tenemos nuestros compromisos, pero en el play-off hemos hecho el esfuerzo de estar todos y se ha conseguido tener esa regularidad que otras veces nos ha faltado. También teníamos muy buen bloque, está Xavi Sarrió de Ontinyent, César Cano de Albaida que es un bombardero, Mauro Fernández que con sus 20 años nos da la energía que necesita un equipo en el que todos tenemos más de 40. Yo estoy en los 42, pero tenemos a Diego con más de 50, que es incombustible. Es quien más ganas tiene de jugar y no falla ni un partido, es todo un ejemplo para nosotros”.
Con tantas y tan graves cicatrices de guerra y con una edad en la que muchos prefieren hacer deporte por el simple hecho de disfrutar de su práctica y no para competir, cuál es el secreto de Manu Bermúdez para seguir con esa ambición. “Sobre todo me considero una persona muy competitiva. No tengo la calidad que puedan tener otros, pero suplo esa carencia con carácter y es lo que me permite acércame a ellos”.
Sobre la próxima temporada, Manu Bermúdez no tiene dudas y su idea es seguir jugando. “Hemos hecho un buen grupo, las familias se conocen, después de los partidos nos juntamos y eso acaba haciendo equipo. Tenemos previsto hacer cena de despedida de temporada, allí lo hablaremos, pero la intención es seguir. El buen ambiente que ha habido esta temporada ha sido clave, porque unos pueden estar más acertados un día que otros, pero lo importante es que dentro del vestuario haya buena sintonía y eso ha existido. También hemos tenido la regularidad que otras veces nos ha faltado en momentos determinantes”, cuenta para despedir, sin olvidarse de su compañero y amigo Vicente Rico, que como él, también ha ganado el doblete y participó del primer título de los Miqueros en el Trofeu Filaes.