El primer gran incendio del verano mantuvo en vilo a toda la comarca

Relato de algunos de los vecinos afectados por en incendio forestal que comenzó en Benasau

El primer gran incendio del verano mantuvo en vilo a toda la comarca
Uno de los helicópteros participantes en las labores de extinción descarga agua en una zona urbanizada por casitas próxima a Penàguila. | LUCIO ABAD

La comarca ha cerrado el mes de julio con el primer gran incendio del verano, un desastre medioambiental que puso en jaque hace unos días a los habitantes de los cuatro municipios que se han visto afectados en mayor o menor medida: Benasau, Alcoleja, Benilloba y especialmente Penàguila. En este último, las llamas han arrasado una zona de alto valor ecológico, llegando incluso a dañar el emblemático Jardín de Santos, donde milagrosamente solo ardieron algunos cipreses.

Justo en la parte baja del barranco al que recae, se encuentra la casa rural Molí de les Pereres, regentada por Alex Kern. El martes, una media hora después de que se iniciase el fuego, Kern empezó a oler a humo en el exterior de la masía y pronto se dio cuenta de que se trataba de un incendio. Rápidamente las llamas llamaron a la puerta del alojamiento, que él mismo decidió abandonar junto con su empleado, y un perro y una gata, que por cierto tardó en encontrar porque se escondió asustada al originarse el incendio. Pasaron la noche en Gorga, en casa de un conocido.

El primer gran incendio del verano mantuvo en vilo a toda la comarca
Garaje arrasado en una casa rural ubicada en un antiguo molino del río Penàguila. | LUCIO ABAD

El miércoles por la mañana, les vimos descendiendo por una ladera junto a la casa, teñida de negro y repleta de esqueletos de árboles chamuscados. Venían de la zona del Jardín de Santos, cargados con cubos y regaderas, con los que han intentado refrescar el terreno tratando de ayudar a los medios profesionales desplegados. David contra Goliath.

El propietario de la casa rural se queja de la falta de mantenimiento de los montes de la zona, convertidos en un polvorín en caso de incendio. Lamenta lo ocurrido, pero al mismo tiempo da gracias de que al final se haya quedado en “un susto”, porque llegó a temerse lo peor. El fuego arrasó el garaje de la vivienda, donde tenía guardadas las herramientas y maquinaria agrícola, quedándose a apenas unos metros de un depósito de combustible que, de haber ardido, hubiera hecho que toda la casa saltara por los aires.

Por suerte, ha logrado salvar su negocio de la quema, pero no ha podido impedir que éste quede rodeado de un escenario fantasmagórico, sin rastro de vegetación viva, lo más parecido a un paisaje lunar.

LA PREOCUPACIÓN DE LOS VECINOS
Durante la mañana del miércoles, la Guardia Civil permite que los vecinos de Penàguila realojados en Benifallim, regresen por unos minutos a sus viviendas para recoger medicinas y otros enseres de primera necesidad. Lo hacen por turnos, mientras el resto espera en el albergue que Cruz Roja ha habilitado junto al bar de Benifallim. Allí se encuentra la vecina de mayor edad de Penàguila, con 96 años recién cumplidos. Junto a ella, varias mujeres que aguardan, apesadumbradas, las buenas noticias que nosotros les traemos: el incendio evoluciona favorablemente, ya no hay llama en todo el perímetro.

Esto les reconforta, pero lo que quieren es regresar a sus casas cuanto antes y reencontrarse con los familiares que han dejado “a cargo” del pueblo, entre ellos el alcalde, Salvador Catalá. Hablamos con un vecino que estuvo también al frente de las labores de defensa de las viviendas, el martes, nada más declararse el incendio. Explica que la propagación fue “rapidísima” y aunque se resistió a abandonar su casa en un primer momento, pronto vio que no había nada que ellos pudieran hacer. “Solo rezar y confiar en el trabajo de los profesionales”, relata.

La mayoría de estos vecinos pasaron la noche del martes realojados en Cocentaina, o en casa de familiares en Benifallim, incluso volviendo a sus primeras residencias, mientras que durante el día estuvieron atendidos por voluntarios del pueblo, tanto en el albergue como en el bar.

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