El poder de ‘una colla’
A falta de un político local con chalé en Galapagar, o de conexión alcoyana (que se sepa) en la trama que ha postrado a Zaplana en prisión, hablemos de La Canal. Ya saben, el parque empresarial proyectado en la ATE de Alcoinnova que acaba de frustrar una sentencia del TSJ cuando ya casi nadie lo esperaba. Sobre el tema han corrido ríos de tinta y se han vertido (con perdón por la expresión, no he podido resistirme) infinitas informaciones y críticas a lo largo de más de una década. No pretendo juzgar si el proyecto es viable, una vez dado por sentado (como creo que se comparte de forma mayoritaria) que el fin es positivo. Me refiero a que no sobra suelo para la instalación de empresas por estos lares, aunque posiblemente habría que debatir sobre si realmente existe demanda (la presupongo, pero no manejo información suficiente, la verdad).
Sobre la viabilidad del polígono en sí, me remito a los informes técnicos (¡Ay, los informes técnicos! En 17 años de ejercicio del periodismo, he visto de todo). Sólo diré que el elaborado por la CHJ, el único firmado por una administración distinta a la que debía aprobar (y aprobó) la ATE, no descarta su desarrollo siempre que se cumplan determinados límites y condiciones.
Sobre la sentencia del TSJ, que llega a conclusiones diferentes respecto a otras dos anteriores con votos discrepantes, sin comentarios (¡Ay, las sentencias! En 17 años de ejercicio del periodismo, he visto de todo). Sólo diré que no creo que la cuestión esté zanjada: lo esperable sería que La Española recurra ante el Supremo. No olvidemos que los terrenos son suyos y ahora vuelven a ser rústicos; sin más.
En realidad, lo que pretendía era poner el foco en el logro de un colectivo: el que interpuso el recurso que se ha llevado el gato al agua. Al menos por ahora. No pertenezco a la Colla Ecologista ni a Salvem l’aqüífer del Molinar. Tampoco conozco a nadie que lo haga. Pero creo que es justo reconocerles el mérito de haber sacado los colores al todopoderoso Gobierno socialista de Toni Francés, ese que gestiona en minoría (¿hay alguien enfrente?) casi sin más mácula que el caos del tráfico por el infortunio de la avería del Fernando Reig, o el desastre injustificable de la rotonda de El Collao (¡Ay, los ingenieros!…). Caramba, es que al PSOE, hasta la legionela le está respetando.
En fin, los ecologistas, digo, han conseguido lo que no logró el Ayuntamiento con sus propios contenciosos. Insisto: no me interesa tanto el fin concreto conseguido, sino el hecho mismo de su consecución. Me satisface que se demuestre que, cuando se quiere, una colla puede lograr lo que otros no alcanzan.