El perfil del usuario del GARA ha cambiado: baja la edad y la adicción es múltiple
La entidad atiende a un centenar de personas para la realización de terapia y asistencia psicológica, también a familiares
El médico del GARA, Paco Pascual, –que lo es también de la UCA, la Unidad de Conductas Adictivas de Alcoy– define el servicio que presta esta asociación de cara al enfermo como “una ventana por donde entra el aire, un punto de encuentro para dar continuidad al tratamiento médico”. Y lo define así porque al margen de la asistencia farmacológica que pueda precisar la persona alcohólica, entidades de autoayuda como el GARA, suponen una respuesta ante la continua demanda de un recurso de atención psico-social que la sanidad pública no puede satisfacer, contribuyendo así al tratamiento integral del alcoholismo.
De esta forma, el GARA centra su actividad en la realización de reuniones grupales con o sin profesional, como también la psicóloga en este caso, Sandra Gisbert, atiende a usuarios y familias de forma individual. El objetivo de las terapias en grupo es que los miembros permanezcan abstinentes del alcohol, a la vez que se ayudan entre ellos a conseguir la sobriedad. De hecho, según explica la terapeuta, esta finalidad de “ayuda mutua” es la que hace que muchos alcohólicos puedan superar el problema y mantenerse “limpios” a largo plazo.
Hay que tener en cuenta, tal y como recuerdan estos profesionales, que este tipo de adicciones son “para toda la vida”, en el sentido de que “hay que mantenerse alerta siempre”, señala la psicóloga.
El GARA atiende en estos momentos a un centenar de usuarios, muchos de ellos derivados desde la Unidad de Alcohología, aunque en otras ocasiones también acuden por libre a recibir terapia. Se trabaja conjuntamente con este recurso, como también con la UCA, ya que en la actualidad el patrón de la persona alcohólica es el del policonsumo, es decir, la adicción a varias sustancias, incluso otro tipo de conductas dependientes, como el juego o las nuevas tecnologías.
En este sentido, el médico y la psicóloga coinciden en destacar que el perfil del usuario ha cambiado mucho a lo largo de este medio siglo de trayectoria del GARA y que en la actualidad abarca un espectro muy amplio. Ocurre así, por ejemplo, con la edad media de los pacientes atendidos, que en general ha disminuido en los últimos años pero “el rango es muy amplio”.
Por otro lado, ambos profesionales abordan lo que todavía sigue siendo un problema, a pesar de haber avanzado mucho con el paso del tiempo: el estigma social del alcoholismo y las dificultades de su recuperación. “Es algo que no acaba de desaparecer –remarca Pascual– en nuestra cultura está muy normalizado el consumo de alcohol pero es curioso como al borracho todavía se le tacha socialmente”. Por ello existe todavía, después de que hayan pasado décadas desde que adquiriera el estatus de enfermedad, el alcoholismo silencioso y estigmatizado.