El pegote del Estepar

Si uno se para a mirar con detenimiento los planos de ordenación del Plan General Estructural de Alcoy de 2015, que aún se encuentra en fase preliminar, en la zona sudeste del municipio detecta una especie de pegote de color rojizo sobre amplias áreas de suelo pardo. El color pardo representa al Suelo No Urbanizable Protegido (SNUP); el rojizo, es Suelo Urbano (SU). Parece como si al redactor del plan se le hubiera derramado el té en un descuido y no hubiera sabido cómo arreglarlo, pero ¿qué pasó realmente?

No hace falta indagar mucho para saber que el trazado del sector del Estepar se realizó a conveniencia de los intereses de unos particulares. Entre los años sesenta y setenta, unos contratistas de obras compraron los terrenos a precio rural y solicitaron al Ayuntamiento el cambio de suelo a urbano para multiplicar por 1.000 los beneficios. La operación salió redonda. Dejaron empantanada la terminación de las infraestructuras de la urbanización para que pudiera ser recepcionada por el Ayuntamiento y así quedó la cosa. Eran otros tiempos. O quizá no tanto.

Los actuales empresarios inmobiliarios, con el argumento de que el sector del Estepar sigue siendo urbano, después de más de treinta años, pretenden realizar una nueva promoción de chalés en el Estepar. Para ello, han presentado ya una propuesta, antes de que se apruebe el Plan General Estructural (PGE).

Los Estudios Sectoriales del PGE son obstinados y contradicen el empeño de los constructores en mantener el artificio de la clasificación del sector como suelo urbano.

El Estudio Ambiental y Territorial Estratégico (EATE) incluye un informe de sostenibilidad ambiental que divide el término municipal en 13 Unidades Ambientales para valorar la aptitud y vulnerabilidad de cada una de ellas frente a la actividad urbanística y los distintos usos con el objeto de determinar la capacidad de acogida del territorio frente a la actuación urbanística.

La nueva promoción en el Estepar quedaría dentro de la Unidad Ambiental número 10, denominada Serreta-Barranc de la Batalla. Según el informe, esta unidad tiene una calidad ambiental alta, lo que la ubica entre las cuatro mejores de Alcoy. Con la misma calificación estaría la unidad de Loma de Cotas Altas-Castellar, y solo es superada por las de la Ombría Font Roja y el Racó de Sant Bonaventura-Canalons, que gozan de calidad muy alta. El informe añade, además, que la aptitud para uso residencial en la misma se considera como baja, lo cual se debe a la dificultad del territorio para albergar este uso por la acusada fisiografía.

Otro Estudio Sectorial, el de Paisaje, incluye el área en cuestión dentro del recurso paisajístico de interés visual del Barranc de la Batalla. Se debe señalar que en el estudio faltaría por añadir el recurso paisajístico del yacimiento del Puig, el cual, por cierto, aún no se ha considerado. Un tercer Estudio Sectorial como el de las Necesidades de Vivienda concluye que procede priorizar las actuaciones sobre la ciudad consolidada frente a los nuevos desarrollos e incide en la escasa demanda de vivienda prevista para la zona. A todo esto pueden sumarse multitud de consideraciones sobre la propuesta presentada por la promotora, como la mencionada afección al entorno paisajístico del yacimiento del Puig, la posible contaminación del acuífero del Molinar por el incremento de edificaciones, el incumplimiento de la normativa del PGOU, la inviabilidad e insostenibilidad económica o que el proyecto implicará la inevitable destrucción de una amplia zona de bosque en caso de realizarse.

El PGE mantiene la clasificación del suelo urbano del sector, a pesar de todas las contradicciones en las que incurre por el propio carácter del Estepar, que es eminentemente rural y boscoso, y su elevada calidad ambiental y paisajística.

Es hora de preguntar a qué está esperando el Ayuntamiento para limpiar el pegote del Estepar.

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