El nuevo rey de las 100 millas
Kike Alcaraz empezó a correr por montaña para perder kilos y es el primer ganador del Aitex Trail de 162 km
Hasta hace dos semanas muy pocos, solo los muy entendidos en el mundillo del ultra trail en la zona, conocían a Kike Alcaraz. Era habitual en las salidas de las carreras de montaña de larga distancia que se celebran en un radio de acción de pocos kilómetros. Había conseguido varios puestos de honor que decían mucho de su talento, pero nunca había cruzado una meta como ganador, hasta el reciente Aitex Terra Trail, en el que este contestano que reside en Muro tras casarse con una murera, padre de dos niñas de corta edad y asesor laboral, entró vencedor en la prueba reina de los 162 km, en las míticas 100 millas, consiguiendo ser profeta en su propia casa.
Hacía un año justo, en las rebajas de 2022, cuando hablando con Andrés Astrúa, alcoyano de adopción y que hizo Top Ten en la prueba, supo que el Aitex Terra Trail iba adelante y que su celebración sería en enero de 2023. Desde ese preciso instante se marcó en rojo, él cuenta que “a fuego”, en su particular calendario que iba a estar en la línea de salida de la nueva carrera. “Hacía tiempo que le llevaba dando vueltas a la cabeza sobre la posibilidad de dar el salto a las 100 millas. Cuando supe que se iba a celebrar esta prueba en casa, sin la necesidad de tener que desplazarme a Sierra Nevada o los Pirineos, con lo que ello supone de gasto, de estar varios días fuera de casa, no me lo pensé dos veces, tenía que estar e ir a por todas, al fin y al cabo la prueba iba a transcurrir por los parajes en los que entreno a diario”, se sincera.
El mito de las 100 millas va ligado a la hazaña del jinete estadounidense Gordon Ainsleigh, quien sin el animal con el que había participado en dos ediciones, decidió hacer andando la Tevis Cup que se hacía a caballo. Completó la distancia en menos de 24 horas, demostrando que se podía realizar la ruta de manera rápida a pie, dando paso sin quererlo al nacimiento el ultra trail moderno. Fue en 1974 y a partir del año siguiente la prueba empezó a celebrarse anualmente y desde 1977 bajo la denominación de Western States Endurance Run. En aquella primera edición tomaron parte 16 valientes, en 2022 la inscripción se elevó a 6.208.
Casi cinco décadas después, Kike Alcaraz fue uno de los 45 valientes, 41 hombres y 4 mujeres, que lograron terminar la primera prueba oficial de 100 millas que se celebra en nuestro entorno. “Fue muy emocionante llegar primero con familiares y amigos viéndote entrar. Siempre que pueda voy a estar ahí. Era la primera edición y es la más difícil. Hay muchos focos puestos. La organización estuvo muy bien. Las fechas no son las mejores, es enero y muchos se esperan a después de Navidad para empezar a preparar en serio la nueva temporada, pero también puede servir de entrenamiento de calidad. Me gustaría mucho que la prueba terminara por consolidarse en el calendario nacional del ultra trail”, admite.
Kike Alcaraz llegó a las carreras de montaña de casualidad. Le gustaba el fútbol y jugó en el Contestano, pero tuvo que dejarlo, empezó en el fútbol sala con los amigos y cogió kilos. A ello se sumó el estrés del trabajo. “Comencé a correr por salud. Desde pequeño había salido bastante a la montaña y enseguida me enganché”, asegura. Su primera carrera fue el Trail Solidari. Eso fue en mayo y en noviembre ya estaba corriendo los 85 km del Desafío Lurbel Aitana, ahora Costablanca Trail. Era 2014. Después de aquel explosivo primer año vinieron cinco participaciones más en la Costablanca Trail, siempre en las distancias largas (85, 120 y 105 km ahora), ha hecho la Ultra Sierra Nevada de 100 km, dos veces la Ultra Pirineu (antigua Cavalls de Vent), en los 100 km del Desafío El Calar de Río Mundo hizo cuarto en 2015 y tiene la espina clavada en el Gran Trail Aneto-Posets donde se tuvo que retirar a falta de 12 km para meta siendo 15º. “Quiero volver, siempre digo que me faltan 12 km para acabar”, cuenta con humor. La repercusión de ganar el I Aitex Terra Trail no se ha hecho esperar. Tiene la inscripción pagada para la Val d’Aran de julio próximo, la única prueba en Europa que ofrece plaza directa para participar en la UTMB Mont-Blanc, el sueño de cualquier ultrarunner, también el de Kike Alcaraz. “Sería poner la guinda a 2023 porque en 2024 lo tengo difícil, es un mes después de las fiestas de Moros y Cristianos de Cocentaina y los Kabilenys tenemos Capitanía mora”, confiesa.
Kike Alcaraz se considera una excepción dentro de un mundo, el de la ultra distancia, cada vez más sofisticado. “Ni tengo entrenador, ni dietista, ni hago series. Sigo mis propias pautas. Me autogestiono utilizando mi propia experiencia”, explica con orgullo. Se siente un ultrarunner “amateur” pero con “vida de profesional” por las horas de entrenamiento que dedica al día. “Intento sacrificar el menor tiempo a mi vida familiar levantándome muy temprano. A las 5 de la mañana empiezo a entrenar”, desvela.
El Aitex Terra Trail empezó a prepararlo el día siguiente de terminar las pasadas fiestas de Moros y Cristianos de Cocentaina. Han sido algo más de cuatro meses muy intensos, con tiradas semanales de 130 km y fines de semana con una maratón (42 km) el sábado y algo más de 30 km el domingo. La mayor distancia que cubrió fueron 92 km, que completó en 13 horas y media. “Salir a correr por montaña me encanta, me recarga de energía. Quizás lo que peor llevo sea levantarme los fines de semana, pero trato de madrugar lo máximo que puedo para estar con mis hijas y mi mujer”, reconoce Kike Alcaraz, quien comenta que suele entrenar a menudo en solitario y que tiene un reto: disputar Tor des Géants en 2025, una de las carreras más duras del mundo, con 330 km y 24.000 metros de desnivel positivo que transcurren por cuatro gigantes de los Alpes: Mont Blanc, Grand Paradiso, Monte Rosa y Cervino en siete etapas.