“El mayor éxito es poder ayudar a mis alumnos”

Benja Francés, con una extensa trayectora en el mundo del kárate, es el nuevo seleccionador español de katas por la IFK

Vivir por y para el kárate es la ley de vida de Benjamín Francés Sanjuan, un alcoyano cuya dedicación al arte marcial se refleja en su extensa trayectoria como alumno, profesor, maestro y, recientemente, seleccionador español de katas de la Federación Internacional de Kárate (IFK). Una designación que no ha llegado de la noche a la mañana, más bien es fruto de un camino de trabajo y compromiso con el kárate.

Benjamín, de 40 años, comenzó a practicar el deporte a los 5 años y ha alcanzado el nivel de cinturón negro 4º Dan. Como competidor, ha destacado en numerosos torneos nacionales e internacionales: ha sido campeón de España en katas en ocho ocasiones y en kumite en tres. Además, ha sido subcampeón en katas dos veces y ha conseguido el tercer puesto en tres ocasiones en katas y dos en kumite. En el ámbito internacional también tiene méritos, habiendo asistido a cuatro campeonatos mundiales (Suiza, Holanda, Bélgica y España) y a un campeonato europeo, donde logró el segundo puesto, probablemente el más importante de su carrera. Pero la disciplina del kárate no es la única donde Benjamín ha destacado, sino que también ha conquistado dos carreras de montaña a nivel nacional y una en la Comunidad Valenciana y ostenta una medalla de oro nacional en powerlifting, batiendo récords en peso muerto por repeticiones. Muchos alcoyanos lo conocen por su gimnasio local, el Bengym, que celebra su décimo aniversario, y donde no solo entrena a sus alumnos sino que también lidera la selección nacional de kata, una posición que asumió después de haber sido seleccionador nacional en kumite en los últimos dos años. Esta transición se dio tras el Campeonato Internacional de Barcelona, donde quedó en segundo lugar y sus alumnos lograron 15 trofeos en total. El presidente de la federación, impresionado por los resultados, le propuso cambiar de kumite a kata, reconociendo su habilidad técnica y la calidad de sus alumnos. El alcoyano, sin duda alguna, aceptó el reto. “Hacemos un entrenamiento una vez al mes en el gimnasio y estoy muy orgulloso con la selección. Para mi es como una fuerza más de cara a mis alumnos que su profesor tenga talento y saber que estamos haciendo bien las cosas”, explica el karateka.

Benjamín no había soñado con llegar a ser seleccionador nacional, ya que su trayectoria en el kárate comenzó únicamente como competidor. Sin embargo, la evolución natural de su carrera lo llevó a convertirse en profesor y, a través de la formación constante a nivel nacional e internacional, ha logrado destacarse en este rol. Sin embargo, para él, la recompensa más grande no son los títulos personales. En propias palabras: “Mi mayor satisfacción es la constitución del centro deportivo, que es lo que más me ha costado y a lo que además esfuerzos he destinado”, explica. A día de hoy, Benjamín sigue compitiendo, pero lo hace junto a sus alumnos, formando un equipo excepcional. Su sueño de tener una escuela de kárate propia se ha hecho realidad y, como responsable de su centro, se esfuerza por enseñar y transmitir los valores que considera fundamentales en el kárate.

Enseñar todo lo que ha aprendido a lo largo de los años ha sido, en sí mismo, un proceso de aprendizaje personal. De esta experiencia, Benjamín ha obtenido tanto aspectos positivos como negativos. “Lo más complicado es el contacto humano, especialmente cuando das toda tu energía a las personas y, por algún motivo u otro, fallan. Hemos de entender que muchas veces la gente no está preparada. Esto es algo que me ha costado aceptar, pero con el tiempo lo he comprendido mejor”, cuenta el maestro. Por contra, lo más satisfactorio es: “ Ver la progresión de mis alumnos. Ver cómo llegan a mi gimnasio con miedos externos, con problemas en el colegio, instituto o en el hogar familiar, y observar su transformación. Entran siendo personas tímidas y con muchos miedos, y con el paso del tiempo se convierten en personas seguras y confiadas en sí mismas. Ese es mi gran éxito: poder ayudar a las personas”. En relación a la voluntad de ayudar a sus alumnos, el objetivo es la confianza y seguridad en sí mismas. “Vivimos en un mundo complicado donde siempre estamos haciendo cosas y, a menudo, el temor y la falta de confianza nos frenan. En el tatami se puede trasladar esta enseñanza a la vida misma: aprendizaje, trabajo, repetición, y al final hay recompensa. Es crucial que cada persona conozca sus cualidades y condiciones, y a partir de ahí trabaje para mejorar”, continúa el alcoyano.
Los próximos objetivos del karateka son muchos y variados. En dos semanas, formará parte de una importante competición internacional en la que presentará a 11 alumnos. “Será una oportunidad crucial para que demuestren su progreso y habilidades, y para que adquieran experiencia en un entorno de alta competencia”, explica.

A nivel personal, también tiene planes vinculados a la ampliación de sus conocimientos. “Este verano, participaré en un curso de maestros a nivel internacional en Suiza. Esta formación me permitirá profundizar en aspectos técnicos del kárate que no puedo alcanzar en España. Considero que este tipo de aprendizaje es esencial para mantenerme actualizado y mejorar como instructor, lo que a su vez beneficiará a mis alumnos”, dice. Otro de sus grandes metas es el Campeonato del Mundo, que se celebrará el 2 de octubre en Londres. “Mi intención es participar con el equipo español, y tengo la esperanza de que varios de mis alumnos también puedan unirse. La próxima competición en Valencia será determinante para esto. Según los resultados obtenidos, se hará la selección española. He visto su dedicación y esfuerzo en cada entrenamiento, y creo firmemente que tienen el potencial para competir a nivel mundial”, concluye el seleccionador.

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