El mapa de la pobreza en Alcoy
El envejecimiento de la población repercute en la economía de las ciudades, especialmente en el mercado laboral
El creciente envejecimiento de la población es uno de los cambios más significativos que se ha dado en la sociedad desde la segunda mitad del siglo pasado. En los países llamados desarrollados se está produciendo un aumento progresivo en el número absoluto de ancianos. En Alcoy, los habitantes mayores de 64 años representan cerca de un 21% del total, un índice por encima del conjunto de la comarca de L’Alcoià (20,2%), de la provincia de Alicante (19,7%), incluso de la Comunidad Valenciana (19,2%).
Son cifras que aporta un informe de 2020 sobre la pobreza elaborado por la concejalía de Bienestar Social y en el que se recoge también, en relación a la composición demográfica de la población de Alcoy y de cara a analizar posibles problemas sociales que puedan desprenderse de estas cuestiones, el informe refleja que el porcentaje de jóvenes en la ciudad, 15%, es igualmente el más bajo de los cuatro ámbitos geográficos de referencia. El propio estudio recalca que el joven es uno de los colectivos más vulnerables en cuanto a situaciones de pobreza y riesgo de exclusión social.
Esta distribución por edades comporta que la tasa de dependencia que registra Alcoy sea elevada, lo que significa que “para la población activa de la ciudad, la carga de mantener a la población económicamente dependiente es mayor, siendo ésta un segmento donde se engloba tanto a la población envejecida como a la población que, a pesar de estar en edad de estar activa, permanece inactiva por no poder acceder al mercado laboral. Un dato importante a la hora de estudiar el nivel de pobreza”, señala el informe.
Si vemos la evolución de esta tasa de dependencia en los últimos 15 años, se observa cómo ha ido creciendo de forma significativa y en especial continúa con su tendencia alcista la dependencia de los mayores de 64 años, un dato directamente relacionado con el aumento del índice de envejecimiento de la población alcoyana, a su vez asociado con el descenso paulatino que ha ido experimentando el índice de maternidad.
MERCADO LABORAL Y TERCIARIZACIÓN
El hecho de que Alcoy esté experimentando un envejecimiento cada vez más elevado, aparte de otros problemas y situaciones importantes para el municipio, va a llevar a la economía alcoyana a “encontrarse con un problema estructural en un periodo de tiempo no muy grande, cuando no encuentre reemplazo generacional cuando la generación del baby boom abandone el mercado laboral, por jubilación, en los próximos años”, remarca el informe.
El índice de renovación de la población activa, relaciona el tamaño de los grupos en edad de incorporarse a la actividad con aquellos en los que se produce la salida. Según el informe, en Alcoy es “alarmante” el descenso que está experimentando este índice en los últimos años.
“Pero lo más alarmante, no es que el dato para Alcoy sea más de cuatro puntos porcentuales más bajo que en los otros dos ámbitos (provincia y comunidad autónoma), sino que en el municipio este dato haya descendido drásticamente en los últimos años”. Y añade: “A lo largo de los últimos años Alcoy ha ido perdiendo población en edad de trabajar, a pesar de presentar un crecimiento poblacional relativamente estable, lo que indica que hay una clara emigración de la mano de obra hacia otros municipios o lugares donde encuentran más posibilidades de acceder al mercado de trabajo, por la crisis que ha vivido la economía alcoyana, y de la que no termina de recuperarse”.
Por otro lado, el indicador de contratación deja patente que Alcoy ha sufrido una “terciarización” de su economía, de modo que el sector servicios es el que más empleo genera incluso por delante del sector industrial históricamente predominante, que a pesar de reorientarse hacia otros mercados diferentes al textil, no ha podido volver a alcanzar los niveles de años anteriores a la crisis de finales de los 2000.
En cuanto a la tasa de afiliación a la Seguridad Social, a fecha de 30 de septiembre del año pasado era del 42,6%, es decir, menos de la mitad de la población del municipio. Según el informe, a pesar de que en los últimos años haya aumentado el volumen de contratación, todavía queda una parte importante de la población que no ha podido acceder al mercado laboral normalizado, por lo tanto son activos desempleados o población inactiva, o población que desarrolla su actividad laboral en la economía sumergida, derivando en situaciones de inestabilidad y precariedad laboral.
Alcoy también destaca por su cifra de trabajadores dados de alta como autónomos, un 23,2% frente al 20,7% de la provincia de Alicante y el 18,8% de la Comunidad, “quedando patente que el espíritu emprededor en la ciudad es una vía alternativa a tener en cuenta para acceder al mercado de trabajo”.
LA COVID DISPARA LAS ATENCIONES
Según datos que recoge el informe municipal, extraídos del Instituto Valenciano de Estadística (IVE), alrededor de 10.000 personas en Alcoy tienen una renta que está por debajo del umbral de la pobreza.
Hay que señalar que se consideran personas en riesgo de pobreza o exclusión social a aquellas cuyos ingresos por unidad de consumo son inferiores al 60% de la renta disponible; personas que viven en hogares cuyos miembros en edad de trabajar lo hacen en una intensidad menor al 20% en un año; y también son consideradas personas en riesgo de exclusión las que sufren “carencia material severa”, una cuestión que se mide en base a un baremo que manejan los servicios sociales.
Teniendo en cuenta estos criterios, el informe sobre pobreza en Alcoy da a conocer que cerca de 13.000 alcoyanos están en riesgo de exclusión social.
Otro tema importante es que en Alcoy, un 43,23% de la población se encuentra en situación de inactividad. Los motivos de esta situación de inactividad laboral pueden ser variados, pero una consecuencia derivada de su situación es que al no trabajar, buena parte de esta población inactiva basa principalmente su subsistencia en los recursos procedentes de los Servicios Sociales y ayudas de organismos y entidades locales, “perpetuando esta vía como medio de vida”, recalca el informe.
En este sentido, el número de expedientes tramitados o de personas atendidas por el Ayuntamiento a través de los recursos correspondientes –normalmente Servicios Sociales– es un claro indicador de la proporción de población que necesita ayuda, ya sea de forma eventual o continuada. En los últimos años se viene registrando una media de 3.000 expedientes gestionados por Servicios Sociales y en torno a 2.500 usuarios atendidos cada año.
Sin embargo, la pandemia de la Covid-19 y sus efectos a nivel socioeconómico ha hecho que se incremente de forma exponencial esta necesidad de acudir a solicitar amparo al organismo municipal competente. De hecho, los tres primeros meses de 2020, y a falta de completar los datos de todo el año, ya mostraban unos datos muy superiores a los de ejercicios precedentes, superando ampliamente las 3.000 personas atendidas solo de enero a marzo.