El futuro Remco Evenepoel vive en el Baradello

Yasu Vervoort está considerado como el mayor talento del ciclismo belga, tiene 16 años, forma parte del equipo de la Academia de Evenepoel, entrena a diario por nuestras carreteras y su objetivo este año es el Tour de Francia júnior

Con el cambio de siglo, Lance Armstrong popularizó la Costa Brava al trasladarse a vivir a Girona. Convirtió aquella zona como el nuevo paraíso ciclista y corredores de todo el mundo siguieron los pasos del americano. Ese testigo lo ha recogido ahora la Costa Blanca, que desde hace unos años se ha convertido en el cuartel general de prácticamente todo el pelotón profesional. El UAE de Pogacar y de Ayuso eligió Benidorm en noviembre pasado para su stage invernal y el Visma de Vindegaard y de Van Aert estuvo en La Nucía. Desde entonces es raro el día que no encuentras ciclistas extranjeros rodando por las carreteras de nuestra comarca.

A comienzo de 2023, Remco Evenepoel, el as belga, dos veces campeón del mundo de contrarreloj (2023 y 2024), campeón olímpico, campeón de Europa, doble vencedor de la Lieja-Bastogne-Lieja y ganador de la Vuelta a España 2022, anunciaba que se mudaba a Calpe en busca de sol y una mejor climatología.

Aquello llamó la atención de una familia de Maaseik, localidad del interior de Bélgica, fronteriza con Holanda, en busca de seguir los pasos del gran ídolo belga. Su hijo Yasu Vervoort comenzó tarde a practicar ciclismo, obligado por los 12 kilómetros que le separaban del colegio, pero aquel gesto cotidiano y sin importancia puso al descubierto a uno de los mayores talentos del pelotón internacional en la actualidad. El anuncio del cambio de residencia de Evenepoel a la Costa Blanca coincidió con la creación de la Academia de Ciclismo R.EV Bruselas con la ilusión de que un ciclista de la capital belga dispute los Campeonatos del Mundo de 2030, que van a celebrarse en Bruselas.

Comenzó la selección y entre los diez elegidos estaba Yasu Vervoort, que en poco tiempo se había hecho un nombre dentro del pelotón cadete belga. Fue la decisión que llevó a la familia Veervoort a seguir los pasos del crack belga y mudarse a España.

La búsqueda comenzó por Calpe, luego se extendió por toda la Costa Blanca y acabó en nuestra ciudad. La percepción de vivir en España cambió por completo cuando aquella familia del interior del Bélgica, con apenas desniveles a su alrededor y atravesada por un río, descubrieron el mundo que se le abrió cuando descubrieron que en el interior de la provincia de Alicante había un paraíso de montañas y de carreteras tranquilas sin los agobios y los precios de la costa.

Fue entonces cuando decidieron dar el paso e instalarse hace un año en pleno Baradello, en la partida conocida como Blai Giner, junto a la carretera que va hasta Bocairent. Así fue como esta familia belga, que ha decidido sacrificar su plácida vida en casa por mudarse a otro país para relanzar la carrera deportiva de uno de los mayores talentos actuales del pelotón internacional.

Yasu Vervoort vive en la casa unifamiliar que compraron la primavera pasada junto a su madre, profesora de universidad en Alemania que teletrabaja para estar al ciudado de su hijo ciclista, mientras que el padre espera en su Bélgica natal a que pasen los dos años que le faltan para jubilarse y venirse a vivir a nuestra ciudad.

Cuando se le pregunta a Yasu Vervoort por el cambio, por esa vida iniciada en el Baradello, no evita sonreir. Su madre Martina, en casi un perfecto castellano, es más esplícita a la hora de definir la nueva vida emprendida en nuestra ciudad. “Estamos muy contentos del cambio. Mi hijo ha encontrado su espacio aquí, nos sentimos como unos privilegiados vivir rodeados de esta naturaleza y encima con una climatología que no tiene nada que ver con lo que estábamos acostumbrados en Bélgica. Allí a las 4 de la tarde es de noche. Aquí no se va la luz hasta las siete en pleno invierno. Además los conductores españoles son muy respetuosos con los ciclistas y guardan la distancia de seguridad, algo que para nosotros es muy importante en el día a día”, desvela.

La cocina de la casa es totalmente atípica, no tiene nada que ver con una tradicional. Es espaciosa y en ella se pueden ver hasta tres bicicletas de más de 10.000 euros con las que entrena a diario. Son las de rodar por carretera, porque en otra estancia de la casa están las específicas de contrarreloj, su especialidad.

Estos días tiene en su casa hospedados a dos compañeros de la Academia Remco Evenepoel. Solo son diez los elegidos y Yasu Vervoort se podría decir que es el ojito derecho del as belga. Muchos ven en él a un calco: determinante en las contrarreloj, especialmente largas, donde es imbatible, mientras que cuesta arriba se defiende muy bien, sobre todo desde que vive y entrena en esta zona. Su único lunar son los sprints, tiene muy pocas fibras blancas de velocidad y muchas rojas de resistencia. No es un pierna gorda.

La confianza en él es tal que tiene el mismo entrenador que tuvo Evenepoel en su etapa de formación. Se trata de Fred Vandervennet. La filosofía es trasladar a su academia la cultura del Soudal Quick-Step. Los parámetros ofrecidos por Yasu Vervoort en las pruebas de esfuerzo realizadas hasta ahora superan los conseguidos por Remco Evenepoel a su edad. “Le gusta mucho el ciclismo, pero es demasiado pronto para decir dónde nos llevará esto”, ha declarado con cautela Vandervennet sobre el futuro de Vervoort.

La joven promesa acaba de llegar hace unos días de Bélgica donde estuvo en la presentación del equipo realizada delante del mismo Atomium, el popular monumento de la capital belga, con nieve alrededor. Tiene ya su primer amigo alcoyano, también ciclista, Marc Mira, del equipo cadete del Fundación Benicadell que dirige José Vicente Peidro, que hace las funciones de traductor, porque todavía no domina el castellano.

Ambos se conocieron este verano de una manera casual en la Vuelta al Bajo Aragón, ganada por Benjamín Noval, considerado el mayor talento del ciclismo español actual, mientras que segundo acabó Vervoort, que también se impuso en la etapa reina de la prueba. El belga aprecia mucho la facilidad del alcoyano en las subidas.

El primer gran año de Yasu Vervoort fue 2022. Aquella temporada, de 25 carreras que disputó, se impuso en nueve y el resto fueron muchos podios. En 2023 ganó el prestigioso campeonato de Limburgo, victoria que repitió en 2024, año en el que pulverizó el mejor crono en la contrarreloj de la Carrera por la Paz en la República Checa, siendo tercero de la general. También consiguió puestos de honor en Francia y España y en 2023 logró la victoria en el Tour de Flandes Sub’17.

Su temporada comienza el próximo 2 de marzo precisamente en Bruselas. Prácticamente realizará todo el calendario belga –incluye la Lieja-Bastogne-Lieja– y para julio tiene previsto disputar el Tour de Francia júnior, uno de los grandes objetivos de 2025 junto al Mundial de finales de septiembre en Ruanda. Serán seis meses en los que dejará a un lado Alcoy para volver a Bélgica y montar allí el cuartel general. Mientras tanto, parte de esos 24.000 kilómetros que tiene previsto recorrer esta temporada los realizará en las carreras de la zona. Todo en una dirección: ser profesional en 2027.