El examen de nuestra vida: ¿y ahora qué?

Qué duda cabe que la temida Selectividad es el examen crucial de la vida de todo estudiante. Cada año unos 200.000 estudiantes de Bachillerato se presentan a ella en España, 20.000 de los cuales lo hacen en la Comunidad Valenciana, y entre 400 y 500 en Alcoy y la comarca. Y lo hacen con una mezcla de nervios, miedo y preocupación ante un futuro que sienten que se juegan a una carta.

“Es normal que lo sientan así y vean la Selectividad como uno de los mayores obstáculos que tendrán que superar”, comenta una profesora del IES Pare Vitòria. Pero al final reconocen que no es tan fiero el león como lo pintan, y así lo demuestran las cifras de aprobados año tras año.

En este centro alcoyano ha aprobado cerca del 99% del alumnado, un resultado “muy positivo”, en palabras de su director, Toni González, teniendo en cuenta que ha presentado a las PAU un total de 78 estudiantes y el único suspenso corresponde a una alumna del ‘nocturno’ que se ha presentado de algunas asignaturas solo. Además, las calificaciones obtenidas han sido “bastante buenas”, destaca el responsable del centro, quien subraya que posiblemente entre sus alumnos se encuentre uno de los mejores de la Comunidad Valenciana, ya que ha obtenido una nota global de 13’75 sobre 14, con un 10 de media en el expediente y un 9’81 en la fase obligatoria del examen de Selectividad.

Por lo demás, el habitual encuentro para la entrega de notas en el instituto resultó este año un tanto atípico, puesto que la gran mayoría de los alumnos examinados se encuentra estos días de viaje de fin de curso en Italia. “Están hoy en el Vaticano, un buen sitio para recibir la noticia del aprobado en Selectividad”, bromeaba una de las profesoras.

Por otra parte, la nueva ley de protección de datos impide publicar las notas en el tablón de anuncios del centro, como se venía haciendo tradicionalmente, lo cual complicó la entrega de calificaciones, especialmente en el caso de los padres que acudieron en representación de sus hijos.

Lo que no cambia son las reacciones de los alumnos y su nerviosismo a la hora de recibir los resultados. A unos la nota les satisface, mientras que a otros no. Pero en todos los rostros se refleja una pregunta: ¿Y ahora qué?.

Foto: Xavi Terol

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