El Estepar y la demografía
La provincia de Alicante no es una excepción y sigue la tendencia de otras zonas geográficas: crecimiento poblacional en los municipios de la costa y estancamiento o leve disminución demográfica en las zonas del interior. Alcoy, Elda y Villena no escapan a esa tendencia de decrecimiento.
El urbanismo y la demografía están íntimamente ligados. La planificación urbanística desconectada de la demografía nos puede llevar a estrepitosos fracasos. En el caso de Alcoy tenemos el ejemplo de la Urbanización de Serelles, en las laderas de la Sierra de Mariola; donde se planificaron inicialmente la construcción de 1.500 viviendas. La Consejería de Medio Ambiente, por prudencia, redujo el número de viviendas a construir en el inicio de la urbanización a 400. Finalmente se encuentran construidas y habitadas en la actualidad únicamente 47, la promotora acabó en un proceso de suspensión de pagos y las construcciones que se encontraban en curso bruscamente paralizadas. Las viviendas semi-construidas e inconclusas de Serelles actualmente son objeto de actos vandálicos y robos en sus diversas instalaciones inacabadas. Las dulces previsiones, inicialmente optimistas, de los promotores se tornaron en amargas realidades. Los esqueletos estructurales de los edificios, repentinamente interrumpidos de Serelles, son testigos mudos de lo ocurrido… y nos advierten frente a nuevos errores de cálculo. El paisaje, la flora y la fauna han sido afectados inútilmente por falta de realismo en la planificación urbanística.
Se afianza cada vez más en la opinión pública, en la legislación europea, y en los organismos internacionales la necesidad de un cambio de modelo urbanístico; de un tránsito desde un urbanismo expansivo hacia otro de carácter compacto y sostenible. El símil de que las ciudades crecen y se ensanchan sobre el paisaje natural, como una gran mancha de aceite que flota sobre la superficie de una masa de agua, dejando abundantes “guetos urbanos degradados” o zonas desatendidas de inversiones rehabilitadoras, ha quedado anticuado, inútil y obsoleto.
En Alcoy son varias las urbanizaciones alejadas del núcleo urbano: Montesol, el Baradello, el Sargento y el Estepar, entre otras. Nacieron y se desarrollaron bajo la bonanza de las décadas expansivas económicas y demográficas de la segunda mitad del siglo XX. Ahora no estamos en aquella época histórica. Si la población de Alcoy está en leve disminución; las compraventas de viviendas unifamiliares en las urbanizaciones, motivadas únicamente por el relevo generacional y por el envejecimiento de la población, absorben de hecho toda la posible demanda de esta tipología de viviendas. Si no existe demanda, ¿qué sentido tienen actualmente los proyectos urbanísticos expansivos en las urbanizaciones alcoyanas?
Recientemente los medios de comunicación se están haciendo eco del conflicto existente en la Urbanización El Estepar entre el grupo promotor-urbanizador y los pequeños propietarios. La superficie total del Sector del Estepar, totalizan 1.356.394,66 m2, que se han estructurado en cuatro Unidades de Ejecución. El grupo promotor pretende priorizar y concentrar la actividad urbanizadora en la Unidad de Ejecución 1, que posee una superficie de 358.051,58 m2 (el 26,39 % de la totalidad del Sector del Estepar). La Unidad de Ejecución 1, a su vez, está compuesta aproximadamente, en un 70% de su área, por terrenos vacantes o vírgenes… y se pretende urbanizar esos terrenos para venta de parcelas, pero relegando para más adelante (aproximadamente, medio siglo) el remate o conclusión de los servicios urbanísticos que faltan implementar en las zonas semi-consolidadas de las Unidades de Ejecución 2, 3 y 4; que sorprendentemente son las más antiguas y originarias de la urbanización. Esto es, el grupo promotor-urbanizador, se decanta por un urbanismo expansivo, dejando sin concluir los servicios urbanísticos incompletos de la zona semi-consolidada del 73,61% de la totalidad del Sector del Estepar. Los pequeños propietarios se oponen a ello y han impugnado tal pretensión urbanística, defendiendo la conclusión de los servicios urbanísticos de la zona semi-consolidada de toda la urbanización y la desclasificación como suelo urbano de la zona virgen e intocada, después de 34 años de inacción, desde la aprobación del PGOU de 1989. Es decir, los pequeños propietarios se decantan por un urbanismo compacto, más acorde con los tiempos actuales. Si se llevaran a efecto las pretensiones del grupo promotor-urbanizador, el riesgo de un segundo “Serelles” en el Término Municipal de Alcoy sería evidente e injustificable. Calles, aceras, farolas y hasta carriles “bici”; afectando al paisaje en las proximidades del Poblado Ibérico del Puig y en la cabecera del Barranco de la Batalla; y esto, sin la evidencia de una demanda social necesaria y cierta. Piense el lector, que, si a la importante razón de la disminución demográfica, unimos las razones ecológicas, medioambientales y arqueológicas, ¿Qué motivo queda en pie para mantener el mencionado criterio urbanizador expansivo ahora y en ese lugar?
JORGE DOMÉNECH ROMÁ. Exprofesor de la Universidad de Alicante y escritor