El día que el Collao echó a un entrenador

Vicente Mir presentó por sorpresa la dimisión el domingo y la apuesta del club es Garrido como cuarto entrenador de la temporada

Los aficionados que se agolparon al final del partido en una esquina de Gol B. Foto: Alex Leta

Del Collao sabíamos muchas cosas, de su mística, de la singularidad de una construcción que nos retrotrae al fútbol de nuestros padres y abuelos, pero resulta novedoso, hasta paradójico, que también tenga capacidad para poner y quitar entrenadores. Lo primero todavía no lo ha conseguido, al menos en su último intento con el retorno de Vicente Parras, aunque sí lo segundo con la presión que ejerció durante y al final del partido contra el Fuenlabrada, consiguiendo que cayera ese muro que para un sector de la afición era Vicente Mir, quien de una manera consciente o no, solo él sabe la verdad, presentó por sorpresa su dimisión en la rueda de prensa posterior, tras hablar con Josele González y trasladar su decisión a la plantilla.

“No me han cesado, he sido yo quien ha presentado la dimisión”, dijo nada más entrar a la sala de prensa ante la incredulidad de todos los presentes. “Cuando no te quieren en un sitio –prosiguió– lo mejor es irte. En la vida hay que ser feliz y tengo una edad que no estoy para aguantar insultos constantes. Puedo entender lo del “¡Vicente vete ya!” pero no que te insulten de esa manera. Conmigo iba a ser casi imposible que el equipo gane en el Collao. Es el momento de irme porque esta plantilla está capacitada para sacar adelante esta situación”, aseguró.

Reacción en caliente o no, lo cierto es que Vicente Mir ni fue bienvenido ni tampoco logró labrarse el aprecio en los catorce partidos que estuvo sentado en el banquillo blanquiazul, de los cuales solo ganó tres. Seguir hubiera sido alargar una agonia ya innecesaria. Esa última escena, con él dirigiéndose a vestuarios, con la cabeza gacha y recibiendo toda clase de improperios e insultos de los cerca de un centenar de aficionados que se agolparon en una esquina de Gol B, fue tan contundente como desagradable, cuando se trataba de un entrenador del Alcoyano.

Más información en la edición de El Nostre Ciutat del 17 de abril

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