El CTM Alcoi se reivindica y reclama su papel de club histórico
Sin patrocinador y con una plantilla con jugadores de nuestra ciudad, ha logrado la permanencia en Primera División de tenis mesa
En tiempos de pandemia, algunos clubes a los que en otros momentos de la cada vez más lejana vieja normalidad ya les costaba trascender, aún se les hace más cuesta arriba seguir adelante en esta situación y su supervivencia acaba convirtiéndose en una heroicidad.
Es el caso del Club Tenis Mesa Alcoy, una de las entidades históricas de nuestro deporte, que acumula jugadores internacionales y presencias en la máxima liga nacional como muy pocos clubes lo han conseguido a nivel local, que desde hace unos años camina con mucho desconocimiento general por la Primera División, el tercer escalón del tenis mesa estatal.
En una temporada atípica, como para la mayoría de los deportes, ha conseguido la permanencia no sin muchas dificultades y con la particularidad de contar con una plantilla integrada exclusivamente por jugadores alcoyanos.
Una bendita rutina podría parecer pero que entraña una compleja dificultad en una categoría muy competitiva y en la que los equipos invierten cada vez más en reforzarse mientras que el CTM Alcoy debe seguir adelante con una hoja de ruta muy definida cuyo único extra que se permite es echar mano de Alfredo Gisbert Ivorra, que a sus cerca de 60 años sigue siendo el apagafuegos que siempre sale al rescate por lesión o algún compromiso laboral de alguno de la tripleta titular.
De nuevo Pablo Bernabéu ha vuelto a ejercer como primer jugador del equipo y uno de los pilares de la permanencia. A su lado ha estado Alfredo Gisbert Molina y como tercer jugador se encuentra Arnau Ferrer, los tres jugadores formados en el club que llevan varias temporadas jugando juntos con la satisfacción de practicar un deporte que les apasiona y que el club de su ciudad compita en nacional, la categoría que como mínimo se merece una entidad como el CTM Alcoy con su glorioso pasado.
Todo sin un patrocinador, con la única aportación del Centre d’Esports y costándoles muchas veces dinero de sus bolsillos. La próxima temporada seguirán compitiendo en Primera División, aunque seguir en esta categoría puede adquirir tintes de heroicidad si se cumplen las expectativas que hay en torno del equipo, puesto que su jugador más importante, Pablo Carbonell, militar de profesión, está pendiente de su ingreso en la Academia del Aire de León que le impediría acudir a todos los compromisos de la competición.
Una ausencia que obligaría a tener que mirar al segundo equipo de Segunda Nacional o buscar un refuerzo en el mercado de la zona que se antoja complicado porque el club no cuenta con recursos económicos a la hora de hacer frente al pago de alguna incorporación.
Mientras que en el primer equipo se abre una etapa de reflexión, a nivel de formación corre una etapa de bonanza con un ligero repunte en el ingreso de nuevos jugadores que anima a ilusionarse con un quinto equipo en Segunda Autonómica. Hace un par de temporadas el club solo contaba con un chaval en su Escuela y este último curso esa cifra se ha disparado hasta los catorce niños en franja de edad que abarcan desde los 11 a los 15 años, alguno de los cuales ya ha llegado a debutar este curso en la competición federada. “Sabiendo lo que cuesta que un padre venga al club con su hijo de la mano es todo un lujo ver ese número de chavales entrenando y jugando a tenis mesa”, reconoce Alfredo Gisbert Ivorra. Además del equipo de Primera División, el CTM Alcoy cuenta con otro en Segunda División, uno en Primera Autonómica o Superautonómica y un cuarto en Segunda Autonómica, nómina que podría verse incrementada con una segunda formación.