El contador de Damocles
Cuando leemos o escuchamos el nombre de Damocles viene al pensamiento la mitológica leyenda de la espada. No destinaré líneas de este artículo de opinión en contar una fábula sabida por todos. En el caso de no ser conocida por algún lector, puede adentrarse en el inmenso océano de la red, haciendo uso de las nuevas tecnologías que hoy día nos invaden.
Nuevas tecnologías que el gobierno municipal ha puesto al alcance de todos para “facilitar” y “agilizar” las distintas gestiones a realizar por la ciudadanía, pero no todos tienen la misma facilidad o capacidad a la hora de sentarse frente a un ordenador, Tablet o móvil. Sobre todo, las personas de cierta edad. Este período estival, el gobierno no ha tenido mayor consideración para con los mayores que privarles, en el gimnasio municipal, de la reserva telefónica para sus clases de natación. Con esta medida, desmedida, algunos de nuestros mayores no han tenido la ocasión de asistir a sus habituales clases por su falta de dominio de los dispositivos digitales.
Más que nunca la sociedad actual está digitalizada y con esta digitalización han nacido las llamadas Smart City. Nuestra ciudad, como no podía ser de otro modo, y como dice una canción de Mecano: “en nombre del progreso y la revolución”, no podía quedarse atrás; calle inteligente, semáforos regulados según la afluencia de tráfico y un nuevo carril bici inteligente. Sí, así es. El tan “aclamado” y “demandado” carril bici tiene un contador que refleja en casi tiempo real cuantos usuarios utilizan al día y durante el año el redundante e infundado carril bici que atraviesa nuestra ciudad.
Cualquier ciudadano puede ver el número de usuarios que utilizan la vía. Actualmente, varía entre doscientos y trescientos al día. No hace falta ser licenciado en estadística para calcular el porcentaje: si somo 60.000 habitantes y lo utilizan trescientos, resulta que no hacen uso de él ni el 1% de la población. ¿En realidad, era necesaria su construcción? Estoy de acuerdo que hay habitantes que no están en edad de utilizar bicicletas o patinetes, pero ni aún así se superaría el 1% diario.
La otra incongruencia del contador es que, según éste, han circulado por el carril bici más de 11.500 usuarios en lo que llevamos de año. ¿Cómo es posible si el contador lleva pocos meses instalado? Entiendo que la cifra anual es mera estadística de la diaria, o sea, un promedio. No creo que desde enero un empleado público haya estado sentado en un banco de la Alameda contabilizando los usuarios del carril bici.
A fin de cuentas, la gran obra de sostenibilidad es algo que no coge por sorpresa ya que estamos acostumbrados a que este gobierno empiece la casa por el tejado. Primero urbanizan un carril bici y después hacen campaña para su utilización. Señores gobernantes, primero se hace campaña de concienciación del uso de bicicletas y patinetes y, cuando un alto porcentaje de la población se desplace en dichos medios, se construyen vías para su circulación.
En definitiva, el contador se ha convertido en la espada de Damocles para el gobierno municipal que caerá sobre sus escaños, si el paso de usuarios por el carril bici no aumenta con el paso del tiempo.