El consenso olvidado
Después de las recientes Elecciones Generales los calificativos que reiteradamente recogen toda la prensa estos días son: “victoria amarga” y “derrota dulce”. Es decir, que a la gran mayoría de la población española nos fuerzan a quedarnos con mal sabor de boca: “amargo-dulce” o “dulce-amargo”. Los partidos mayoritarios de centro-derecha y centro-izquierda no se pueden ver entre sí; y hacen mil equilibrios buscando ideológicos apoyos hacia sus respectivos extremos. Triste realidad.
¿Dónde está el espíritu de tolerancia y consenso de la Transición? ¿Dónde la empatía para ponerse en el lugar del otro? El hartazgo social está alcanzando índices elevados. En los debates únicamente hemos visto desencuentros, reproches mutuos, y falta de respeto en el turno de la palabra; pero no soluciones a nuestros problemas. El enzarzarse en el “y tú más” denota pobreza de argumentos y bajo nivel intelectual.
Entre las lacras que arrastramos de intentar reescribir a nuestro antojo la Historia, está la de desdibujar y olvidar el consenso con el que se logró pasar de la Dictadura a la Democracia, así como el espíritu con el que se aprobó la Constitución de 1978.
Mientras, el pueblo, espera pacientemente que vuelvan: la altura de miras, la búsqueda del bien común y el espíritu de concordia. Esperaremos.
Jorge Doménech Romá. Exprofesor de la Universidad de Alicante y escritor