El chico de barrio que logró ser campeón de España

Quienes conocen a Gaizka Porras destacan la humildad y sencillez del Mejor Deportista alcoyano 2022

El chico de barrio que logró
Gaizka Porras durante el último Europeo Sub’23 de Sarajevo en el que acudió con la Selección Española.

Gaizka Porras vive desde hace tres años en Valencia. Allí se trasladó a entrenar becado por la Federación Española de judo. Viene de participar en una concentración de la Selección Española en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid tras el Campeonato de España celebrado el fin de semana.

Su primera mirada ha sido regresar a casa y ayer mismo, en vez de tomarse la tarde libre, quiso estar con los alumnos de la Escuela del Judo Club Alcoi. Son gestos, decisiones, que a Gaizka Porras le sirven para cargar pilas, porque en el fondo, esas clases recuerdan a ese chaval tímido de barrio que no le gustaba estudiar, pero que encontró refugio en el judo, su pasión y ahora su modo de vida.

A Gaizka Porras se le sigue iluminando la mirada cada vez que recuerda su niñez en Batoi o sus inicios en el Judo Club Alcoi, primero con Roberto Botella y después bajo la tutela de su hijo, Pau, casi su segundo padre por la confianza que existe entre ambos.

De hecho, pese a su condición de judoka internacional, de estar bajo la atenta mirada de la Federación de Judo, que le está formando como deportista de élite que ya es, Gaizka Porras sigue manteniendo su licencia federativa con el Judo Club Alcoi y siempre que sus compromisos se lo permiten, no duda en dar una clase o asistir a una competición que se celebre a nivel local.

“Sigue siendo el mismo chaval tímido y con unas ganas tremendas de aprender que el primer día que cruzó la puerta de entrada del Judo Club”, recuerda Roberto Botella, quien fojó sus primeros pasos dentro del club. “Nos alegramos mucho de este reconocimiento”, en referencia al premio como mejor deportista alcoyano 2022, premio Juan Agudo Garat, que recibirá con honores el viernes 16 en la Sala Ágora. “Le ha costado mucho llegar y estoy convencido que seguirá creciendo, porque ama el judo. Es un ejemplo por su humildad y sencillez, también como deportista, porque es constante y nunca se rinde”, reconoce Roberto Botella, el padre del judo alcoyano.

“A mi no me importa estar con los chavales del Judo Club. Todo lo contrario, lo hago con sumo gusto y siempre que Pau me lo pide y puedo, porque entreno de lunes a sábado, no tengo ningún problema y sé lo que supone para esos chavales verme junto a ellos. A mi me pasaba, me pongo en el lugar de ellos y recuerdo que me encantaba que vinieran a explicarme cosas”, admite el alcoyano.

Gaizka Porras hizo historia hace un año al convertirse en el primer judoka hombre de nuestra ciudad en proclamarse campeón de España absoluto en -63 kg, tomando así el relevo de Carol Prats, que lo fue en la categoría femenina en 2012 en -57 kg, hace justo diez años. El pasado fin de semana se celebró el Nacional, también en Madrid, en el que Gaizka Porras defendía título, que no pudo revalidar tras acabar quinto.

Ganó con solvencia el primer combate, perdió por un error el segundo, se fue a la repesca donde ganó con claridad los dos combates, pero en la final por la medalla de bronce falló en una entrada y cayó frente a un rival con mucha experiencia, quedando finalmente quinto. “Fue una gran decepción. Pequeñas cositas son las que marcan la diferencia y yo no estuve bien en dos momentos en claves”, reconoce el alcoyano.

Precisamente esos pequeños detalles son la moneda al aire que no han dejado que el palmarés de Gaizka Porras refleje su verdadera valía como judoka. “Así es pero el deporte de élite es muchas veces cruel. Yo lucho por ser mejor. Creo que algún día lo conseguiré. En España tenemos un nivel de judo muy grande. Ahí están las medallas olímpicas, mundiales y europeas. Sin embargo, hay países en los que el judo es muy importante y se les apoya con un sueldo fijo a través de un trabajo, bien como Policía o militar, lo que hace que puedan dedicarse de pleno. Yo me dedico al judo por entero, quiero vivir en el futuro de este deporte, no sé todavía cómo, por ello miras el futuro y no sabes lo que te deparará”, confiesa.

Sabor agridulce
Cierra 2022 con un sabor agridulce, el mismo que le ha acompañado en algunas fases del año, para abrir 2023 con ilusión y expectativas altas. “No sé todavía donde me mandará la Federación. A principios de año tengo un Open, quiero hacerlo bien para que cuenten conmigo. Soy ambicioso y no me pongo barreras. 2022 ha sido mi primer año como sénior. Me ha servido de aprendizaje. En 2023 quiero dar un paso al frente y sobre todo a nivel internacional empezar a tener buenos resultados”, desliza.

Ese deseo por seguir creciendo pasa no solo por lo físico y lo técnico, también por lo emocional y desde hace un año trabaja también el aspecto psicológico. “Vengo trabajando la parte mental con una psicóloga deportiva que me está ayudando mucho. Esa parte me estaba costando más y veo que estoy mejorando. No es un paso de hoy para mañana, se necesita tiempo y creo que los resultados empiezan a darse. En el deporte de élite es muy importante trabajar la parte psicológica. Son esos pequeños detalles que en un instante de máxima exigencia pueden hacerte ganar o perder un combate”, incide para terminar.

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