“El cambio ha sido radical, lo que prima ahora es el arte de la negociación”
Entrevista a la abogada Fuensanta Gimeno

Fuensanta Gimeno Santa, abogada alcoyana y directora del área de Compliance de Gimeno Abogados, ha sido recientemente galardonada con el Premio Nacional de Ley en Compliance 2025. Este reconocimiento, que premia la trayectoria y compromiso ético en el ámbito jurídico, supone un hito no solo para su despacho, sino también para una familia con casi 200 años de historia vinculada al derecho en Alcoy. En esta entrevista, nos habla de su trayectoria, del legado familiar y de la evolución de la profesión.
– Enhorabuena por el premio. ¿Qué significa recibir este reconocimiento en nombre de una saga familiar tan ligada a Alcoy desde hace casi dos siglos?
– Muchas gracias. Para mí es un reconocimiento al esfuerzo que han realizado todos mis antepasados, porque si dos enamorados del derecho como mi hermano Javier y yo, hoy en día estamos aquí, es gracias a nuestra familia, en especial a mi padre y a mi abuelo, que nos lo han inculcado. Además, este premio significa que estamos haciendo las cosas bien, que vamos por buen camino y que tenemos que seguir luchando e innovando en el Compliance, que es la categoría en la que nos han dado el premio y en la que yo me he especializado desde 2017.
– ¿Qué es exactamente el Compliance y por qué es cada vez más importante para las empresas?
– Es una abogacía preventiva que llega a raíz de una reforma del código penal, en el 2015. Es una especie de autoregulación, de cumplimiento normativo –de ahí se deriva el nombre– que se imponen las empresas, de forma que si tú como empresario tienes establecido este sistema, te aseguras de que desarrollas tu actividad de acuerdo a las leyes, reglamentos, normas y prácticas éticas. A la hora de implantar un programa de Compliance, nosotros analizamos los riesgos en base a la actividad y ponemos medidas preventivas y restrictivas a través de protocolos que se aplican a un sector determinado. En Alcoy, hemos tenido que adaptar a pymes un programa de Compliance que se hace para las grandes empresas, ya que es el tejido empresarial mayoritario de la zona y, por tanto, nuestro nicho de negocio.
– Gimeno Abogados tiene sus raíces en Alcoy desde 1828. ¿Cómo ha evolucionado la filosofía de trabajo del despacho?
– La verdad es que el éxito de cada generación ha sido dedicarse a la especialidad y la rama del derecho que más le ha gustado, y siempre ha sido reconfortante el poder ayudar a la gente, porque cuando vienen a nosotros es porque tienen problemas. Nosotros, en este sentido, intentamos agotar la vía extrajudicial primero que todo, porque los juzgados están muy saturados y no vemos que sea una solución rápida, los procesos se dilatan mucho y eso afecta psicológicamente al cliente. Ahora mismo tenemos más de 60 reseñas en Google, en los últimos cuatro años ha habido una evolución. Tenemos una media de 18 expedientes nuevos al mes, pero vivimos una época pasada en que nuestra columna vertebral eran las entidades bancarias y poco a poco, el derecho bancario fue en declive y derivando para nosotros en derecho empresarial y mercantil. Ese traspaso coincide con el fallecimiento de mi padre y nos preocupaba que no contar con el que había sido nuestro referente, pudiera afectar al trabajo del despacho. Todo el mundo le buscaba a él, como cuando vas al médico, buscas a un médico en concreto. Al final, poco a poco fui ganando en confianza y pude desarrollarme en este otro proyecto que es el del Compliance, que tan bien nos está funcionando.
– Eres la primera mujer abogada de la familia Gimeno. ¿Qué ha supuesto para ti romper esa barrera y continuar el legado familiar desde una nueva perspectiva?
– En ningún momento he tenido esa sensación, para mí, ha fluido todo de una forma muy natural, siempre he compartido esta profesión con mi hermano y no había diferencias por ser mujer. Me he visto siempre como una más y cuando por temas de crianza, he tenido cualquier necesidad, ahí han estado mis compañeros para sustituirme. Y los clientes también están hoy en día concienciados.
– Mirando al pasado, ¿qué enseñanzas de tu padre, Javier Gimeno Pérez de León, aplicas en tu día a día como abogada?
– Los valores morales y éticos que nos han transmitido tanto mi padre, como mi abuelo primero, son la honestidad, el esfuerzo y el trabajo diario, la pasión por el derecho y la abogacía, y yo tengo un principio que es que siempre estoy aprendiendo, la soberbia no cabe en esta profesión, porque aparte de todas las reformas legales que van saliendo, siempre puedes aprender de tus compañeros y de los clientes. Cada asunto es particular y eso es lo que hace esta profesión tan especial.
– Alcoy ha cambiado mucho desde 1828, pero ¿crees que hay algo que permanece inalterable en vuestra forma de ejercer la abogacía?
– El trato con el cliente es lo que siempre va a permanecer y aunque llegue una inteligencia artificial, que es el gran miedo que tienen los abogados, yo creo que es una herramienta que la tenemos que hacer nuestra. Porque te puede sustituir en cuestiones como la tramitación, pero a la hora de tener un asesoramiento personal, eso siempre va a estar. Y estamos hablando de una de las profesiones más antiguas del mundo.
– ¿Qué planes o proyectos tenéis en mente para seguir contribuyendo a la vida jurídica y empresarial de Alcoy y su entorno?
– Seguir ampliando la red de contactos con Compliance y potenciar el efecto mancha de aceite para que los empresarios de Alcoy y alrededores confíen en implantar este programa. Porque algunos lo ven como un gasto más y no como un beneficio, que se ve a largo plazo.
– Para terminar, con una trayectoria de seis generaciones, ¿cómo ves el futuro del despacho en una ciudad como Alcoy?
– Estamos creciendo y, cuando sacamos las estadísticas, comprobamos que ha habido una evolución en tanto que nuestro trabajo es ya en un 60-70% extrajudicial. Antes era al revés, los servicios de carácter judicial alcanzaban un 90%, imagínate el cambio radical en cuatro años. Ahora, con la reforma legal que entró en vigor el pasado día 3, se quiere evitar a toda costa llegar a la vía judicial. Se interponen muchas demandas que son innecesarias y los juzgados están colapsados, así que los abogados tenemos que movernos en el arte de la negociación para no llegar a esto.