El arte y diseño en la moda infantil
En el concurso de Tutto Piccolo, cuyos participantes son de la EASDAlcoi
Un año más ha tenido lugar el concurso por el que la empresa alcoyana Tutto Piccolo premia e incentiva el diseño de la ropa infantil entre estudiantes y también entre los diseñadores noveles no profesionales.
Se trata del Concurso de Diseño de Moda Infantil Tutto Piccolo por el que se ha destacado a tres de los participantes con un primer y segundo premio y una mención de honor.
En esta ocasión, el certamen ha alcanzado su XIX edición y recientemente han sido entregados los premios en un acto en la Escola d’Art i Superior de Disseny d’Alcoi (EASDAlcoi).
En primer lugar, Irene Guilló y su proyecto ‘Uluru’, inspirado en el monte con el mismo nombre, ubicado en el Parque Nacional Uluru-Kata Tjuta en Australia, ha obtenido el máximo reconocimiento del jurado, –el primer premio, consistente en 500 euros y un diploma– compuesto por la general manager del grupo Tutto Piccolo, Mercedes Mataix; la fundadora de la empresa de moda infantil alcoyana, Mercedes Moltó y el equipo de diseño de la firma empresarial.
Guilló se ha mostrado agradecida a la EASDAlcoi y a Tutto Piccolo “por la celebración de eventos como este concurso, donde los estudiantes tenemos la oportunidad de darnos a conocer, sacar la mejor versión de nosotros mismo y enseñar a valorar el esfuerzo que conlleva el mundo del diseño”.
Por su parte, el segundo premio, de 200 euros y un diploma, ha sido para Iván Ponce por su proyecto ‘Gone’, fundamentado en el recuerdo y la tradición, el que además, cuenta historias familiares y generacionales por las que conocer nuestras raíces. Ponce también ha dado las gracias a Tutto Piccolo “por reconocer y confiar en mi trabajo” y a la EASDAlcoi “por apoyarme y ayudarme a evolucionar y confiar cada día más en mi”.
Por último, Nuria Agulló ha recibido una mención de honor por ‘Bonica de sucre’, que también está inspirada en la familia y en la infancia, en la que la “única preocupación era volver a casa antes de que anocheciera para cenar”. Los olivos, y los recuerdos de la diseñadora en ese entorno, tienen gran protagonismo. “Realizar este proyecto ha sido una experiencia súper bonita tanto a nivel personal como profesional”, ha explicado Agulló.