El aprendiz quiere ganar
Nicolás Cabanes afronta su cuarta participación en la Copa Swift
Hace cuatro años Nicolás Cabanes llegó al Campeonato de España de rallyes de asfalto sin hacer apenas ruido. Acababa de aterrizar en un mundo donde contrastaba su carácter pausado y en el que el apellido Cabanes tenía un enorme peso por el legado construido a lo largo de más de cuatro décadas por su padre Vicente, aun hoy en activo como organizador del Rallye La Nucía-Mediterráneo, única prueba del Nacional en la Comunidad Valenciana y este año por primera vez dentro del calendario del Europeo, y como miembro del equipo directivo del presidente de la Federación Española de Automovilismo, el valenciano Manuel Aviñó.
En todo este tiempo el mediano de la saga Cabanes ha tratado de forjar su propia personalidad, y aquel aprendiz al que muchos no auguraron demasiado recorrido, empieza a soñar en grande. Cada temporada desde entonces no ha dejado de crecer. Hace dos ganó su primer rallye, además el de casa, sorprendiendo a propios y extraños, pero la pandemia y dos averías por culpa de una piedra arruinaron su asalto a las primeras plazas en las copas monomarca. En la temporada que ahora empieza, el aprendiz busca volar alto y seguir escribiendo su propia historia en ese mundo tan complicado como son los rallyes.
El primer capítulo del nuevo curso comienza a escribirse este mismo fin de semana. Ayer estaba previsto disputar en tierras cordobesas el 38 Rallye Sierra Morena, con el que se abre la temporada del Campeonato de España de rallyes de asfalto. Nicolás Cabanes, ya con 27 años, seguirá siendo fiel a sus inicios, como piloto de la Copa Suzuki Swift, principal cantera de pilotos a nivel nacional y considerada como la más importante entre las copas monomarcas, tanto por nivel de pilotaje como por premios en metálico que reparte, un total de 38.000 euros entre los más rápidos de la temporada.
“No sé si terminé quinto o sexto de la Copa”, asegura frunciendo el ceño cuando se le recuerda a Nicolás Cabanes su clasificación final la pasada temporada. “Espero que este año sea diferente. Afronté 2020 con muchas ilusiones tras mi victoria en el último rallye de 2019 (La Nucía-Mediterráneo), pero la pandemia lo cambió todo. Al final hay que dar gracias porque hubo un momento que lo vi todo muy negro. Pudimos hacer cuatro rallyes y es lo positivo. Lo negativo fue que apenas hubo margen de error. En El Ferrol rompimos el amortiguador cuando íbamos terceros. También tuvimos problemas en el rallye de casa, pudimos haber ganado como el año anterior, pero nos tocamos con una piedra y todo se fue al traste. Sin esos dos percances, perfectamente hubiéramos podido acabar la Copa terceros o cuartos, que era el objetivo con el cual iniciamos el año”, recuerda.
> Puedes leer el reportaje completo en la edición en papel de El Nostre Ciutat del sábado 10 de abril.