El año sabático del Santa Rosa

El histórico club ha decidido no competir por la pandemia

El año sabático del Santa Rosa
Esta temporada dejarán de celebrarse los goles del Santa Rosa

Si en los últimos tiempos ha habido un club que ha abanderado –además del Mutua Levante NB Alcoi– el deporte femenino de nuestra ciudad ese ha sido el Santa Rosa. Un equipo de barrio que a comienzos de la actual década consiguió el hito de ascender a la división de plata del fútbol sala de nuestro país. Con una plantilla totalmente amateur, con jugadoras que antes que compañeras eran amigos, a las que jugar les costaba dinero de su bolsillo, consiguió permanecer varias temporadas en Segunda División y hasta tuvieron cerca el ascenso a la máxima categoría, teniéndose que rendir por la desigual pelea ante verdaderos trasatlánticos que consiguieron imponer su mayor potencial económico.

Hace tres temporadas el Santa Rosa volvió a la liga regional, un refugio en el que purgaron el cambio generacional que afectó a su plantilla. La crisis sanitaria de marzo pasado les pilló justo después de un empate que les apeó del liderato. De haberse suspendido la liga una semana antes, las de Juanjo Valls hubieran disputado la fase de ascenso a Segunda División, que era el objetivo con el que partieron la temporada.

PROTOCOLOS POR LA CRISIS

El presente curso se afrontó con optimismo. Habían confirmado un par de fichajes, además incorporaciones de jugadoras con experiencia en la selección valenciana, estando en negociaciones un tercer refuerzo. Entonces surgieron las dudas por los protocolos impuestos por la Federación para iniciar la competición.

“Nos exigían una serie de cosas inviables para un equipo como el nuestro”, recuerda Juanjo Valls, entrenador, mentor y fundador del equipo en 1992. “La Federación buscó lavarse las manos y dejar en manos de los equipos toda la responsabilidad en caso que sucediera algo.

Empezamos a hablar a nivel interno y comenzaron las las dudas. Somos un club en el que todas las jugadoras trabajan, algunas son autónomas y habían hecho una fuerte inversión económica, por lo que no se podían permitir el lujo de parar por un positivo. Era asumir un riesgo innecesario y tomamos la decisión de parar un año a ver cómo evolucionaba todo a la espera de la aparición de la vacuna”, concreta.

La pandemia ha golpeado fuerte a la liga autonómica de fútbol sala femenino. El Santa Rosa no es el único club de la categoría que decidió no empezar la liga por precaución. Por primera vez desde su creación se condensó toda la competición en un grupo único para toda la Comunidad. Una liga con catorce equipos con mayoría de clubes de nuestra provincia donde se agrupa el mayor potencial en cuanto a jugadoras y equipos.

No toda la plantilla decidió colgar momentáneamente las botas. Tres jugadoras, Sarai, Zulema y la goleadora Aitana Girbes, decidieron fichar en verano por el Ye Faky, que junto al Unión Alcoyana FS son los dos equipos de la zona en la liga autonómica. “No es un adiós definitivo”, recalca Juanjo Valls. “El volver está ahí y no lo descartamos. Lo que más nos sabe es no haber podido cumplir nuestra temporada número 28”, añade el técnico echando la vista atrás.

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