El Alcoyano ilusiona en el césped y preocupa en los despachos
El efecto del descenso aún se deja sentir con fuerza en el entorno del Alcoyano. La onda expansiva de la mayor decepción en las dos últimas décadas todavía mantiene muchas heridas abiertas, sobre todo en el parte social, con un aficionado blanquiazul que no acaba de digerir del todo el enorme sufrimiento y el gran desgaste que dejó lo vivido en una temporada que para muchos sigue siendo un mal sueño y del que no han despertado.
Tampoco las semanas posteriores al descenso han contribuido a ilusionar a una masa social que, en muchos casos, sigue en estado de shock. La campaña de socios no ha tenido el efecto revitalizador esperado y la baja respuesta encontrada con apenas 300 altas alcanzadas –306 habían registradas el viernes en el contador que tiene el club en su página web– hablan de la poca incidencia de una campaña que comenzó con críticas por los precios aplicados.
A nivel deportivo la política de fichajes ha generado cierta ilusión entre los aficionados más fieles. Esa mezcla entre jugadores formados en la casa con fichajes de cierto renombre para la categoría, han hecho posible configurar una plantilla atractiva y que, a falta de un par o tres de incorporaciones, pueda estar en la lucha del gran reto de la temporada: asaltar el primer puesto de la clasificación que daría muchas posibilidades para conseguir el retorno a la Segunda B un año después del descenso.
Aunque la parte que más preocupación genera es la económica. Esa intranquilidad que pueda haber en la calle por otro curso generando un déficit que ha superado los 200.000 euros contrasta con la calma con la que se vive de puertas hacia adentro del club. Su arma es el dinero que debe recibir de la subvención de la Federación que supera el desfase económico de la pasada campaña.
Esa partida sigue sin llegar a las arcas del Alcoyano y mientras tanto se acumulan las quejas por impagos. A la plantilla de la pasada temporada se les adeuda de dos a tres meses –según si tenían firmado hasta el 30 de mayo o el 30 de junio–, incluso en el caso del técnico Mario Barrera solo percibió el primer mes y aún no ha cobrado el resto de mensualidades que estuvo al frente del equipo.
Foto: El presidente Juan Serrano hablando con miembros del cuerpo técnico.