Egipto y los gatos
Aquellos a los que le interese la historia de Egipto, sus figuras o logros, saben que el gato fue uno de los animales más venerados y que cobró mayor importancia tanto a nivel social como de culto a los dioses en dicho país.
Existen varias hipótesis al respecto, y una de las más destacadas es el poder de protección y los dones para la caza del gato como claves para cobrar la importancia que tuvo. Los gatos lograban proteger los campos de cultivo y evitar que ratones u otro tipo de roedores entrasen en las casas buscando comida. Esto evitaba a su vez la propagación de enfermedades dentro de las viviendas. Estos hechos provocaron que la propia sociedad destacase a los gatos y quisiera darles importancia buscando protección para las familias, tanto a nivel económico con sus cultivos, como personal, con la protección de las casas.
Por otra parte, el culto a los dioses también promovió la relevancia de los gatos, tanto que la diosa Bastet, que era encarnaba los rayos del sol, era representada como una mujer con cabeza de gato o un gato entero. Incluso, hay una representación egipcia de un gato decapitando a una serpiente para salvar a uno de los árboles más sagrados. En muchas ocasiones, el Dios Ra también era representado en este felino, ya que se decía que se transformaba en este animal para bajar a la Tierra.
En Egipto se creía que Ra, Dios del sol, moría al atardecer y volvía a revivir con el amanecer. El reflejo del sol en los ojos de los gatos lograba proteger a Ra de sus enemigos durante la noche.
En Egipto se llegaron a crear leyes respecto a los gatos, incluida una que contemplaba la pena de muerte para aquel que matase voluntariamente a un gato.