Desarrollo sostenible
Me brindan la oportunidad de hablar de un tema inquietante al menos, que nos afecta y que de manera directa influye en decisiones por parte de la administración pública, con campañas constantes de sensibilización pero que a nuestra impresión no acaban de llegar a la ciudadanía, porque esta aplica sobre normalmente su sentido común. Conocedor de esta falta de información y con la intención de que llegue a la administración pública, permítanme que les explique un poco que significan estas palabras.
He trabajado en una central de tratamiento, de gestión y de asesoramiento sobre residuos peligrosos y no peligrosos durante 12 años como oficial administrativo. Evidentemente en lo que trabajamos y en nuestra mesa de trabajo algo hemos aprendido de lo que significan las palabras desarrollo sostenible. Por ley, todos y cada uno de nosotros somos responsables a nivel privado de una correcta eliminación de nuestros residuos, peligrosos o no, para que estos no estropeen nuestro entorno y hábitat.
Evidentemente es normal que todos conozcamos o nos suenen estas palabras. De manera básica y con pocos conceptos, desarrollo significa: crecemos, nos industrializamos y lo hacemos sostenible, es decir, con el mínimo impacto ambiental y respetando todo nuestro entorno. Lo que no llegamos a apreciar es que estas palabras tienen un orden y ahí está el problema.
Primero debemos crecer y luego este crecimiento hacerlo sostenible. Si no crecemos, la sostenibilidad es innecesaria. Les voy a poner varios ejemplos para que lo entiendan: ¿Ustedes harían el desierto del Sahara peatonal o bien el centro del Atlántico?
¿Invitarían a no beber agua embotellada en plástico dada la calidad que tenemos en nuestros grifos o dejarían que la ciudadanía fuera libre de elegir el agua que bebe?
¿Harían ustedes un carril bici sin preguntarse si al menos tenemos una bici? Este es el concepto que chirría y nos duele en nuestros oídos cuando vemos las campañas de sensibilización con el entorno ambiental sin ni siquiera haber crecido.
Tal es el desconocimiento, que se nos hace culpables de cosas que ni siquiera hemos hecho. ¿Saben ustedes que los únicos contenedores que tienen horario son el del vidrio y el orgánico? Tanto cartón como envases de plástico u otros materiales se pueden tirar a todas horas. Y el del vidrio no por el ruido que hace se limita por las noches. Tal vez ustedes sí que lo sepan pero muchas personas recriminan cuando tiras un envase a las 12 del mediodía en un contenedor amarillo.
Nuestro granito de arena… a que también lo han escuchado muchas veces, ¿verdad?
Todos tenemos que aportarlo, pero a pesar de ser poca nuestra aportación no nos hemos planteado que se hace con ese granito de arena… por ejemplo, un residuo peligroso es un bote de laca, o un limpia muebles, los aerosoles son inflamables y estropean nuestra atmósfera. Si lo tiramos en el contenedor amarillo no lo estamos haciendo bien. ¿Les han informado al respecto? No se les informa porque sin preguntarme si se gestiona o no de forma correcta, sé que la separación de los residuos es cara. Nos cuesta una pasta el tratamiento de nuestros residuos por el simple hecho de que se gestionan fuera de nuestra ciudad, pero ese es otro cantar que atenderemos en otro momento.
Debemos intentar que todas las medidas ecológicas sean necesarias en el contexto de nuestra ciudad, que no sean un dispendio y que de verdad tengan sentido en cuanto a su necesidad. Un alcoyano nace con el respeto a su entorno, pues siente y quiere la “Font Roja” por ejemplo. Ama todas y cada un de las montañas que nos rodean, desde la educación recibida por sus padres respeta cada zona verde y lo sabe desde su idiosincrasia. Para mi es insultante que no se aprecie su sentido común y que se anteponga la sostenibilidad a su crecimiento, haciendo cosas que ni siquiera se plantea su utilidad, con el concepto de ser ecológicos y haciéndonos culpables o insensibles… incapaces de mantener una planta en suelo firme, ahora las plantamos de forma vertical.
Debemos garantizar que cada euro invertido en cuestión ecológica sea efectivo y si no, que no se invierta. Lo verá de manera privada y con los ojos de una empresa. Se lo garantizo.
ANTONIO RICHART GISBERT. Miembro de la junta directiva de ADIN