Del vacío de poder a la bola de cristal
D icen los que entienden de fútbol, que las victorias lo curan todo, lo bueno y no tan bueno. Y no les falta razón, puesto que si la pelotita quiere entrar, y en el Deportivo viene sucediendo con frecuencia últimamente, no hay razón de mayor peso que esa ley no escrita que dicta que las penas con goles son menos penas y se hacen más llevaderas.
Mientras que deportivamente el viento sopla claramente a favor de los de Vicente Parras –el surrealista primer gol en Novelda es un buen ejemplo–, a nivel institucional las aguas no bajan igual de claras y el capítulo de la eliminatoria de Copa Federación frente al Castellón es la constatación de que a nivel interno el club subsiste porque hay una mecánica de trabajo con la que viene funcionando desde hace tiempo pero hay un evidente vacío de poder con una figura presidencial desgastada y atrapada por el paso del tiempo con decisiones de antaño de las que hoy en día es su propio esclavo.
Tenemos al equipo haciendo historia, con ocho partidos de ocho ganados, algo nunca visto en nueve décadas de vida de la entidad, e institucionalmente nadie de la cúpula del club ha salido a la palestra para respaldar el trabajo de los de Vicente Parras y animar de paso a los aficionados a que suban al Collao y disfruten de un momento único.
Esa figura presidencial, esa persona que tire del carro y lidere un momento tan especial, no existe ahora mismo en el Alcoyano, entre otras razones porque los aficionados aún no saben si Juan Serrano es el presidente. Su última comparecencia pública de junio pasado fue para decir que ponía su cargo a disposición de la SAD y asegurar que el Alcoyano iba a ser esta temporada el Real Madrid de la Tercera. Después le hemos visto en algún sarao como saques de honor o firmando un convenio de colaboración con los dirigentes del nuevo club que se ha creado en Banyeres.
Fue un poco triste ver que en un momento tan delicado que el que se vivió a finales de la pasada semana tras la impugnación del Castellón, que nadie de la cúpula del club saliera a dar la cara para evitar que el problema generado le salpicara y en su lugar lo hiciese el secretario técnico para tratar de pasar de puntillas y tirar balones fuera. Y yo me pregunto: si el Castellón supo lo de la sanción a Acevedo, ¿por qué el Alcoyano no fue conocedor de la misma? Igual es que en Castalia tienen una bola de cristal o habrá que pensar que hay una mano negra que no quiere que el Alcoyano se entere de las cosas. Lo dicho al principio, la pelotita cuando quiere entrar, lo tapa todo. Y al Deportivo le sonríen las cosas en el campo, no tanto en los despachos.