Del consenso a la polarización
La Fundación del Español Urgente, promovida por la Real Academia Española y la Agencia EFE (Fundéu RAE) ha elegido «polarización» como palabra del año 2023, por su presencia frecuente en los medios de comunicación y por la evolución que ha tenido su significado. Además del aspecto lingüístico, se ha considerado también su vertiente cultural y social. Recuerdo, hace años, en mi juventud, que también había otra palabra que inundaba los medios de comunicación durante la Transición hacia la democracia: «consenso».
Los políticos de la Transición no lo tuvieron nada fácil. Si atribuyéramos a aquella época de consenso actitudes poco esforzadas o no exigentes, estaríamos falseando la realidad social. Uno de los siete padres de la Constitución española, José Pedro Pérez Llorca, declaró, para que quedara claro en la posteridad, cual fue el punto de partida: «solo estábamos de acuerdo en que teníamos que ponernos de acuerdo». Vienen a mi memoria los principales líderes políticos de la época: Adolfo Suarez, Santiago Carrillo, Manuel Fraga, Felipe González, todos ellos buscaban esforzadamente puntos de encuentro, practicando la sabia virtud de la empatía, en las abundantes reuniones que tuvieron; lo mismo podríamos decir de los líderes sindicales. Distinguían perfectamente entre la disparidad de opinión y el educado respeto, con que se trataban. Sin duda, tenían claro un principio evidente entre los seres humanos: «es mucho más lo que nos une que lo que nos separa». Durante la Transición se buscaba la permanente concordia, el tender puentes de entendimiento; ahora lo que se busca es la continua discordia y el crear abismos y desencuentros.
No quisiera ser agorero… pero iluso tampoco; me temo que los tiempos han cambiado y que en estos últimos años hemos ido a peor. Únicamente así se explica el bloqueo desde el 4 de diciembre de 2018, hace ya cinco años, a la renovación de cargos en el Consejo General del Poder Judicial por falta de voluntad política; aunque lamentablemente no es el único desacuerdo.
Que la palabra «polarización» sea la más repetida en los medios de comunicación durante el año 2023 es algo, sin duda, relevante y preocupante. Las actuales dificultades insalvables para buscar acuerdos entre los partidos políticos mayoritarios, evidencian unos principios democráticos débiles. Buscar acuerdos mirando exclusivamente hacia los extremos políticos, vetando a los partidos mayoritarios próximos, es una anomalía y tiene muy poco de democrático, pues supone atrincherarse en las posiciones propias dejando de lado y excluyendo a sectores moderados importantes de la sociedad. Todo lo contrario de lo que se consiguió durante la Transición con el «consenso». Mal camino el de la «polarización», si a ello unimos la arrogancia, la prepotencia y el narcicismo intrínseco que subyace en muchas declaraciones de algunos líderes políticos; me temo que, no únicamente tendrán que tomar medidas las autoridades europeas ante nuestros permanentes desencuentros, sino también el pueblo llano español … para decir basta y poner a cada uno en su sitio; pues el mandato que recibieron nuestros políticos del pueblo (es decir de todos nosotros) es la búsqueda del bien común; descartando cualquier cribado o bloqueo ideológico. Si el sentido del movimiento que estamos detectando transita desde el consenso hacia la polarización, estamos en el peor momento histórico desde la aprobación de la Constitución de 1978.