De la peatonalización al racismo. AMALIA PAYÁ. Concejala del PP en el Ayuntamiento de Alcoy
Empezar debatiendo sobre la peatonalización del Centro y acabar hablando de racismo puede parecer increíble. Pero, desafortunadamente, con el Gobierno de Antonio Francés y con el portavoz del PSOE de por medio todo es posible. Así sucedió en la comisión de Gobernación celebrada en la tarde del lunes, en la que se nos dijo que nuestra forma de apoyar la peatonalización es como la del racista que asegura no serlo.
Desde el Partido Popular seguimos dejando claro que somos partidarios de peatonalizar el Centro de la ciudad. Lo saben los vecinos y los comerciantes, con los que nos hemos reunido en diversas ocasiones. Ahora bien, hemos advertido de que la ordenanza que regula esa peatonalización está muy verde. Los hechos corroboran nuestra tesis: el expediente para dictaminar el documento llegó fuera de plazo a la comisión informativa y por lo tanto fuera del orden del día. A prisas y corriendo. Es más, la ordenanza no llegará al próximo pleno porque encima le faltan informes preceptivos.
Hemos hecho propuestas, muchas de ellas incorporadas por el Gobierno no como concesión, sino como vía para mejorar el texto. No obstante, aún queda trabajo por hacer. Un trabajo de participación y de consenso para conseguir un documento que cumpla con los objetivos de una peatonalización: reducir la contaminación, crear entornos agradables, conseguir permeabilidad peatonal y circuitos adecuados para favorecer el encuentro y el apoyo al sector comercial.
Estos deberían ser los objetivos y no lo que, con sus prisas y su falta de planificación, pretende el Gobierno de Antonio Francés: imponer una medida radical, sin perfilar con los vecinos afectados y que aísla a zonas de la ciudad reduciendo la calidad de vida de sus vecinos.
Desde el Partido Popular hemos planteado propuestas y dudas sobre la aplicación de la propuesta de peatonalización del Gobierno socialista. Buena parte de nuestras sugerencias han sido admitidas, por lo que tiene lógica exigir un trabajo de maduración para que el texto sea lo más completo posible. Sobre todo, definir muy bien qué es una zona de prioridad peatonal, concepto introducido a propuesta del PP.
Por otra parte, hemos realizado propuestas que no se han admitido. No entendemos por qué se reduce tanto el horario para acceso de vecinos, por qué los clientes de un establecimiento de hospedaje tienen que informar con anterioridad de los datos del vehículo, cuando en otras ciudades esto se realiza cuando se inscriben. No entendemos por qué se limita el servicio a domicilio de comida a solo dos franjas horarias a mediodía y por la noche, aunque vayan con bicicleta. Aún así, manifestamos nuestra intención de seguir trabajando en aras del consenso para perfilar un texto capaz de aunar la mayor cantidad de voluntades.
Ahora bien, no nos cabe duda alguna de que con un verdadero proceso participativo tendríamos sobre la mesa muchas más aportaciones que contribuirían de manera directa a mejorar la ordenanza de peatonalización.
No obstante, en lugar de hacer un ejercicio de autocrítica, el Gobierno municipal de Antonio Francés opta por la ofensa a nosotros y, por extensión, a cuantos no quieren una peatonalización en estas condiciones. Una peatonalización en la que no se ha aportado ni un solo informe sobre datos del tráfico actual o referente a la contaminación atmosférica o acústica.
Llegar a comparar nuestra posición sobre la peatonalización que propone el Gobierno con la de un racista que asegura no serlo resulta claramente mezquino. Es una descalificación hacia todos los que tienen la “osadía” de opinar dentro de un estado de derecho en un país democrático como es España