D’allà on no n’hi ha, no es pot traure

El significado de la frase d’allà on no n’hi ha, no es pot traure es trágicamente descriptivo del Gobierno de Alcoy que los socialistas tienen entre manos desde hace once años: es inútil esperar resultados de una cosa o persona que no tiene medios ni entendimiento para producirlos. No haría falta ni continuar el artículo. Tan solo cabría decir, al modo de un fiscal en las películas de juicios tras una contundente intervención: no hay más preguntas señoría.

¿Puede ser que tengamos un equipo de gobierno municipal que esté más pendiente de sus cuitas personales que de la gestión de Alcoy? ¿Tenemos unos regidores preocupados por sus jubilaciones, por su futuro laboral, por llegar a tiempo a sus obligaciones desde la ciudad en la que residen o por el sueño de ser virrey provincial?

¿Es esa actitud la causa por la que el concurso para la reforma del IES Andreu Sempere haya quedado desierto? ¿Son esas preocupaciones personales las que han hecho que sólo se ejecuten cuatro acciones de las sesenta programadas de urgencia en el centro de Alcoy, tras el desastre del Gloria? ¿Han fracasado tres planes para reactivar el comercio por no estar dedicados a ellos al 100%? ¿No se piden permisos a la Conselleria para realizar las obras del centro histórico porque están a sus menesteres? ¿Por qué siguen sin estar contestadas todas las alegaciones hechas desde Valencia al Plan General?

¿Los contratos de los principales servicios municipales, se prorrogan porque resulta más cómodo y rápido que trabajar sobre unos nuevos? ¿Las actividades para el tórrido verano local se trabajan con tiempo o se programan en mayo? ¿Es la gestión diaria una realidad tan dura que provoca delirios que hacen ver calles inteligentes y zonas de bajas emisiones rebosantes de comercios y viandantes en espacios arruinados a costa del dinero del contribuyente?

Para actuar sobre los problemas reales hay que reconocerlos y asumirlos. No se trata de buscar a quien culpar de ellos sino de solucionarlos. Gobernar es gestionar el día a día, no es necesario fundar nuevas civilizaciones cada dos por tres, se trata de facilitar la vida de los alcoyanos.

Y para ello hay que dedicarse por completo a la ciudad. La dedicación exclusiva se demuestra con el esfuerzo y trabajo diario; no basta con que sea esa la categoría salarial a la que se está adscrito. A veces parece que estemos delante del concejal portero regateador, aquella figura entrañable de los patios de la EGB: un jugador que ocupaba una posición por obligación y al que se premiaba de alguna manera dejándole participar en el juego de creación. El fracaso siempre era absoluto, no aportaba nada en ataque y detrás era un coladero.

Una triste metáfora sobre qué cree que el señor alcalde y su equipo que están haciendo y lo que realmente hacen, la encontramos en el felpudo verde que han plantado en las jardineras del Centro Cultural. Qué diferencia entre el Alcoy que levanta orgulloso un edificio de estilo neoclásico en 1927 como sucursal del Banco de España y el que perpetran nuestros concejales de gobierno en sus puertas. Toda una declaración de mediocridad Por cierto, ante semejante desmán ecológico (aquí, en El Parterre y en la placeta de los Reyes Magos), ¿dónde están ahora los salvem lo verde? Se estarán manifestando encima porque llevan una década en silencio, ¿no?

Alcoy necesita abrir puertas y ventanas de los despachos del gobierno municipal. Demasiado tiempo en el poder acomoda y los alcoyanos necesitamos gente comprometida con la gestión diaria de la ciudad. Hay que dar paso a una nueva forma de gobernar, que escuche y atienda las necesidades de los vecinos. Que demuestre día a día que n’hi ha para traure la esperanza que reclama a voces la ciudad.

Kiko Cantó Coloma
Concejal del Partido Popular en el Ayuntamiento de Alcoy

 

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