Cuando ganar es un arte

El CDC, los populares Carniceros, han hecho del ganar un arte, casi un oficio. No importa que la plantilla sufra una importante reestructuración, que en septiembre a punto de iniciar el curso la plantilla se sostuviera con pinzas por falta de efectivos o que en la fase decisiva de la competición pierda al técnico que ha dirigido al equipo en las últimas diecisiete temporadas.

Tampoco que se llegue al último y decisivo partido, el que ha decido el título, y enfrente haya un equipo pensado hasta el último detalle para destronarles, al que encima le basta con la igualada para ser campeón. Ni tampoco que se alcance el minuto 90 y el marcador refleje un empate a uno. Ni en esas circunstancias llega a desfallecer, le sigue pudiendo más el peso de su impresionante historia reciente, aferrándose hasta el último suspiro a esa acción que le haga revivir tantos buenos momentos.

Un instante que acaba llegando cuando nadie ya nadie lo espera, en pleno descuento, en una jugada aparentemente sin demasiado peligro, tras un saque desde la banda que pone Toni en juego, como siempre largo y buscando el corazón del área, logra tocar Jorge Milán, un defensor del Imperial desvía la trayectoria lo suficiente para que Dani Rico no pueda alcanzarla. De nada sirvieron las protestas del Imperial, su sensación de rabia por la gran oportunidad desperdiciada, mientras que en la otra parte del campo corrían a abrazarse y la alegría era desbordante. Un gol que vale un título, el número trece en las últimas diecisiete temporadas.

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Momento en el que todo el equipo celebra el nuevo título conquistado.

“El Imperial se tiró demasiado atrás, renunciando casi por completo al ataque”, rememora Toni García, capitán azulón. “Nosotros con el 1-1 no nos quedó otra que lanzarnos al ataque, porque el empate no nos servía. Decidimos pasar a jugar con defensa de tres y arriesgar todo lo que pudimos. Tenemos gente alta y al final una de tantas, terminó entrando. No es la primera vez que nos pasa. También hace años conseguimos un título en el último partido de una manera similar”, añade.

Sin embargo, el defensor reconoce que no ha sido una temporada fácil. “En septiembre éramos prácticamente once jugadores en plantilla, contrarreloj tuvimos que fichar porque habíamos tenido muchas bajas. Logramos incorporar a cuatro o cinco jugadores, luego con la temporada iniciada se vino Nacho Aura procedente del At. Salesiano y no fue hasta enero cuando pudimos volver a contar con Jorge Vañó tras lesionarse en el Relámpago, teniendo que tirar mano en muchos partidos del equipo de veteranos. Pichi, Llopis, Mengual y Colin nos han ayudado mucho. En enero, a raíz del partido contra el Imperial, nuestro entrenador Juan Carlos García decidió dejarlo y ha terminado la temporada Jesus del Pino en el banquillo. Nos costó mucho arrancar, pero poco a poco hemos ido mejorando, pero ha sido una temporada muy extraña”.

Sobre el futuro, el capitán del CDC dice que ahora mismo es una incógnita. “La idea es seguir, pero en mi caso los años empiezan a pesar. Tengo 39 y llevo más de 20 en el club, desde que era juvenil. Ahora mismo estoy un poco saturado, cada semana era una historia diferente, entre lesiones, gente que está en el fútbol sala y había que hacer equilibrios para formar un equipo. Tampoco sabemos lo que pasará en la liga la próxima temporada. Cada vez somos menos equipos y se está notando en el nivel de la competición. Clubes históricos como el At. Salesiano e Independiente han pegado un bajón muy grande este curso. Hay equipos que empiezan con muchas ganas pero que van perdiendo la ilusión con el paso de las jornadas y resta mucha seriedad a la liga”.

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