Creer
como el que se vivió el domingo ante el líder. El empate en el último suspiro y cuando nadie daba un duro por los de Vicente Mir se celebró como si fuera una victoria. No fue para menos porque si la visita del Villarreal B termina 1-3 o 1-4 nadie hubiera alzado la voz porque hubo momentos que fue una delicia ver jugar a los de Miguel Álvarez. Lo evitó un Miguel Bañuz que está de dulce. Ya consiguió salvar los muebles en el derbi con un par de paradas increíbles y volvió a ser el salvador contra el líder con otras tres intervenciones de escándalo. Después están esos futbolistas tocados con una varita mágica que son capaces de decantar por sí solos un partido. Es el caso de Eldin, un futbolista que desde juvenil apuntaba alto, su fichaje por el Zaragoza le situaba en el escaparate del fútbol profesional, pero al que las lesiones le tuvieron al borde de la retirada cuando más arriba se encontraba. En el año que lleva entre nosotros nadie más que la Comisión Deportiva ha apostado por su recuperación futbolística. Su tozudez por darle no una, dos y las oportunidades que hicieran falta, ha llegado a irritar a más de un aficionado blanquiazul que pensaba que valía más la pena que su ficha la utilizara alguien de la cantera. Sin embargo, contra viento y marea, Eldin ha seguido en el equipo como si la plantilla estuviera formada por veintiún jugadores más el hispano-bosnio. Vicente Mir nunca se ha escondido a la hora de decir que si está en condiciones de jugar, el ex del Hércules y Elche está entre los cinco mejores de la categoría. Desde luego, sus apariciones han sido escasas pero sonadas. Su debut no pudo ser más espectacular, haciendo el gol de la victoria en el derbi del Rico Pérez de la segunda vuelta. El domingo tuvo la habilidad y la calidad suficiente para mandar al fondo de la portería un balón caído en el área del líder. Su caso tiene algunas similitudes con el de Miguel Bañuz. El portero fue fichado después que el Villarreal B le diera la baja a mitad de temporada tras sufrir una lesión de menisco. Vino sin hacer ruido, más de uno puso una vela a la virgen para que Marc Martínez, el entonces portero titular, no se resfriara. Cuando se fue al Recreativo, un miembro de la Comisión Deportiva apostó fuerte por su continuidad en contra de otras opiniones que querían se fichara a otro portero, siguió y luego no alzó la voz cuando trajeron a Koke del Levante para que jugara por decreto. Al final terminó haciéndose con la titularidad y la historia posterior la conocen muchos aficionados blanquiazules. El año pasado fue el mejor del equipo y esta temporada lleva camino de repetir. Confiamos que lo visto el domingo con Eldin no sea un espejismo y que haya venido para quedarse.