“Conseguí lo que quise. En Alcoy teníamos aparatos que no había en ningún otro sitio”
Entrevista al excirujano Aniceto Baltasar, recién nombrado Miembro de Honor de la Asociación Española de Cirujanos
A sus casi 81 años y después de casi dos décadas jubilado, el excirujano Aniceto Baltasar –natural de Guadalupe, Cáceres–, que desarrolló su trayectoria profesional durante más de 30 años en el hospital Virgen de los Lirios de Alcoy, ha sumado un nuevo reconocimiento a un extenso listado de distinciones y premios que ha recibido por parte de distintas entidades y órganos.
El más reciente de ellos, y el último, según cree el protagonista de esta entrevista, es haber sido nombrado Miembro de Honor de la Asociación Española de Cirujanos (AEC) en el ámbito de la Cirugía Bariátrica y Metabólico.
La distinción la recibió el pasado mes de noviembre, en Madrid, en el 35 Congreso Nacional de Cirugía, en el cual también dio una conferencia y estuvo acompañado por familiares, amigos y compañeros.
Aniceto Baltasar es un auténtico referente en el mundo de la cirugía, pero es especialmente reconocido por ser pionero en intervenciones relacionadas con la obesidad.
A la cifra de cirugías realizadas hay que añadirle las innumerables publicaciones escritas y también las películas médicas hechas, presentadas y premiadas en diversos certámenes.
El que llegase al Hospital de Alcoy como jefe de servicio de Cirugía el 14 de julio de 1974, ha viajado y operado por todo el mundo en sus años de trayectoria profesional y con las técnicas aprendidas en Nueva York (Estados Unidos), donde realizó la residencia tras estudiar en Madrid, colocó a nuestra ciudad y a su hospital como un auténtico referente.
– ¿Qué supone la distinción recibida por la Asociación Española de Cirujanos?
– Mucho, sobre todo porque viene de mi país y porque ocurre 17 años después de haberme jubilado.
– Más de 30 años de su carrera profesional los desarrolló en el hospital Virgen de los Lirios de Alcoy, ¿cómo llega aquí?
– Me dieron la plaza de cirujano en Carolina del Norte después de hacer la residencia en Nueva York, y entonces, una vez que ya había firmado el contrato allí, me surgió venir a España, a Alcoy.
Para la plaza de cirujano no se había presentado nadie de España, si no tres españoles que vivíamos en Estados Unidos.
– ¿Por qué decide venir a Alcoy y no quedarse en Estados Unidos?
– Tenía un amigo en Madrid y me dijo que era la mejor oportunidad.
En España se había empezado a hacer la residencia de cirugía en 1966 pero en muy pocos hospitales y no había prácticamente ni residentes.
– ¿Cómo recuerda los inicios aquí?
– La primera época fue muy difícil, tuve que crear la infraestructura, pero en dos años ya tenía todos los aparatos.
Conseguí lo que quise. En Alcoy teníamos aparatos que no había en ningún otro sitio.
Además, les daba clases a las enfermeras sin que me pagasen, las preparé para poder ofrecer los servicios que dimos después.
Había muchas técnicas que no se hacían en España, y en esa época se sabía de cirugía pero no había especialidades.
– Fue pionero en cirugías relacionadas con la obesidad, la reducción de estómago, y situó a Alcoy en el mapa por este motivo.
– A Alcoy venían seis pacientes americanos a la semana para operarse.
También vinieron 165 cirujanos de Sudamérica, de Japón, de Australia o de Europa para conocer lo que hacíamos.
– ¿Recuerda la cifra de pacientes intervenidos por obesidad?
– Unos 1600 pacientes. Yo me llegué a preguntar por qué operaba tanto y después me enteré de que mis pacientes americanos habían hecho una página web: bodybybaltasar, que viene a ser, el cuerpo que me ha dejado Baltasar, y se hizo eco. Muchos de esos 1600 eran americanos.
También operamos a muchos pacientes de Noruega, que los enviaba la propia seguridad social, que cubría todos los gastos.
>>Puede leer la entrevista completa en El Nostre del 6 de diciembre.