Cómo proteger tus ojos del sol tras varias semanas de confinamiento
Tras vivir varias semanas de confinamiento en casa, poco a poco se van ampliando nuestras posibilidades para salir a la calle, donde aprovechamos para tomar el aire y para recibir los rayos de sol que nos ayudan a nutrir a nuestro organismo de vitamina D. Se trata de un elemento muy beneficioso para nuestro cuerpo, que también aporta grandes ventajas a la salud ocular.
Por eso, de cara a posibles exposiciones solares que nos ayuden a absorber la mayor cantidad posible de esta vitamina, los expertos advierten que lo importante es aplicar unas medidas sencillas para proteger a nuestros ojos de una relación directa con el sol.
Según estos expertos, ya existe una gran sensibilización a la necesidad de proteger la piel con factores de protección solar, pero no tanto para los ojos. De manera que, si no se cuidan de forma adecuada, las personas corren el riesgo de padecer efectos nocivos para la vista como sequedad ocular o queratitis, que son crecimientos anormales benignos de la conjuntiva, la aparición de cataratas o, incluso, acelerar la Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE).
Cómo reducir los efectos negativos del sol sobre los ojos
Para neutralizar el impacto que la luz solar puede producir en los ojos se recomienda utilizar gafas de sol con filtros adecuados, en función de la actividad a desarrollar. En el caso de las personas que quieran salir a caminar por la ciudad, convendría usar filtros que puedan reducir la luz visible entre un 20 y un 57%, que son los conocidos como filtros de categoría 1. Sin embargo, quienes quieran practicar deportes al aire libre o dar un paseo en bicicleta, sería recomendable que recurrieran a unas gafas de sol con cristales de categoría 2, ya que disminuyen la entrada de luz entre el 57 y el 82%.
Por otro lado, hay que tener muy en cuenta la realidad que estamos viviendo en este momento, donde los guantes y la mascarilla son elementos indispensables en muchos casos para poder salir al exterior debidamente protegidos. Por esta razón, los oftalmólogos también han indicado que las gorras o las viseras pueden ayudarnos a impedir que la luz solar impacte de forma directa en la zona ocular, en caso de que las gafas de sol resulten incómodas al tener que utilizarse junto a la mascarilla: “Sabemos que a muchas personas les parece molesto utilizar las gafas de sol junto a la mascarilla porque a veces se empañan los cristales y eso puede producir cierto agobio. Por eso, una gorra o una visera también nos pueden ayudar a proteger nuestros ojos de la luz solar, manteniendo la zona de la cara más despejada y proporcionando una mayor sensación de alivio al respirar”, explica el director médico de Clínica Baviera, el doctor Fernando Llovet.
Además, desde la institución oftalmológica recuerdan también la importancia de proteger la vista de los más pequeños, algo que se puede hacer igualmente con gafas de sol, viseras o gorras y evitando, en la medida de lo posible, que los menores de seis años estén expuestos directamente al sol.