¿Cómo es el futuro? (también se puede entender así)
Asomados al ‘futuro’, es muy probable que veamos pasar, aunque alejados del pasado trémulo; ese ayer que fuera soportado con alegría libertaria para la Sociedad Anarquista. Los anarquistas no son culpables de todo esto que va pasando y que, sin remedio posible, será inevitable. Y a estas alturas de finales de 2022, gusta repasar historias, por si los valores éticos, encuentran alguna satisfacción, para que no sea todo pereza, aunque ‘sana’ ciertamente. Importan todos ‘los tiempos que vivimos’ ¡claro que sí! Además, sin sospechar que pueda improvisar un vacío social, del que pocas veces se sale airoso. La circunstancia de ‘ayer’, fue encontrada mientras se desarrollaron los lujos; la circunstancia de ‘hoy’, contempla toda clase de eventos, unos con dificultades, otros recompensados con ese arte de sobrevivir al clamor de los acontecimientos: Pero, y ‘el mañana’, ¿tiene alfombra para no dejar huellas de cansancio, de lamentos o de adversidades? ¿‘Puede existir algún remedio para cicatrizar heridas’? Los cirujanos políticos, tienen el bisturí bien afilado; con temple acerado; y recursos infinitos para no soslayar la realidad perentoria. La ‘era del futuro’ merece nuestra firme atención, ya que sin los sueños de futuro, poco talento se puede entender que imagina el ‘ser humano’.
La dimensión que presiente la ‘idea’, para que sea posible ‘el futuro’; vale, vale, tiene su intríngulis: Y todo lo oculto enseña infinitos miedos; tantos que, mejor obviarlos. Pues casi todo tiene su verso y reverso; es decir, poco se puede esperar de los acontecimientos no deseados: Libertades ausentes; derechos humanos manipulados por quienes legislan leyes prohibitivas; alternativas petrificadas, desde las cuales se debe esperar la decencia correcta de los cobardes dioses, especialmente políticos. Hasta los ‘veinte años, el futuro no existe. Después se reproducen los brotes emocionales del clima indeciso de por vida. Más tarde, aparecen las frustraciones, que nunca logran salir de su propio escenario, porque se perdió la oportunidad de fijar futuros con energía positiva. ¡Lo demás, en el antes, el mientras y el después, queda programado para sueños de futuro triste! Y no son los años de vejez, que participan en el escalofriante finiquito de Vida: ¡Qué va! No hay más futuro que la Vida misma. No existe otro sueño que supere el reto, la idea de más vida, y ver que mañana es, porque debe ser, lo que certifica civilización, en caso de que no analicemos cansados, el paso de nuestras huellas humanas, dejadas por estos lares, ciertamente preocupantes; especialmente, si pensamos en que sobran las políticas de Estado, sobran los ejércitos armados, sobran las iglesias, sobran las burocracias maléficas, sobran decretos políticos deshumanizados; sobra el falso pensamiento de estar desgobernados ‘porque lo decide así ‘una ley’, o una bravuconada política, mientras la Sociedad sufre marginada, sobre todo en la Vida que debemos disfrutar, y ‘no soportar enfrentados’, porque lo dictan así dioses engreídos, dioses protegidos para distorsionar la vida social que son derechos desde la Cuna, inviolables.
Si preparamos ‘el futuro’ como tesoro protegido, no habrá imposibles, todo será custodiado para no fracasar en esos proyectos que el ser humano sabe prometer, sabe inspirar, sabe defender, y debe saber predecir.
Y no será acertado programar futuro incierto, futuro sin ramo de ilusiones floreciendo en el jardín hermoso que siempre será imaginar, es decir, predecir, que somos capaces de prever mejores ‘formas’ de vida, mejores ‘proyectos’, mejores ‘alegrías’; para que el futuro sea mejor que lo vivido hasta nuestros días actuales. ¡No es tan difícil conseguir satisfacciones, o conseguir acertar en lo que nos permite participar de la deseada felicidad para las costumbres, también obligadas, en cualquiera que sea el reto, para tomar decisiones provechosas. Podría ser verdad que el futuro peligra; es cierto, pues cuando se sufre la escasez, se sufre la ausencia de libertad, se sufren los problemas que son propios del desgaste político de Estado; y también se sufre por las miserias condicionadas, cuando los empresarios se exceden en la exigencia del trabajo que los Obreros, al producir progreso cada día, permiten avanzar socialmente: ¡Eso es el progreso!
Las odiseas, que pueden prevenir, aparecen con sobrada experiencia. Tienen el grandioso ejemplo que a todos ensalza, porque los valores de conducta, son para mantener cierto orden, cierta seguridad y cierta tranquilidad. Lo importante del ‘futuro’ proporciona alto nivel de esperanza. Aunque no sea demasiado lo que se puede imaginar, será cierto que debemos ‘la mayor confianza a ese futuro, todavía por conocer’. ¡Vaya con las mil y una cosa que aventuramos sobre ‘ese mañana’! En el mañana está fijo el mayor entusiasmo, la mayor concentración de ‘ideas’, el total resultado de toda imaginación. Fuera siempre un dilema, no ver lo que ha de suceder, con premeditada costumbre, cuando todo está por comprender. ¡Se estrellan tantas cosas en la distancia infinita! Y cuando retornamos a reproducir los fallos o aciertos, queda bien que pongamos en su justo nivel, todo lo que, sin ser un imposible, crea conceptos en el entendimiento más exigente. ¡Siempre hablaremos del ‘futuro’!
¡Estamos todos allí, aunque eso sí, desde la realidad compleja de hoy mismo! No obstante, sirva la ‘idea’ de que ‘es posible dar rienda suelta a esa imaginación que el Ser Humano domina perfectamente. En el ‘presente’ tenemos que celebrar las alegrías que sabemos dar forma para disfrutar, viviendo como libres pensadores, como libertarios rebeldes, como anarquistas que ‘ya viven la realidad de las libertades que nos pertenecen’: ¡Que son nuestras! ¡Y porque ‘sin ellas’, poco o nada debemos pretender, sobre todo para reforzar la conducta sinuosa que venimos practicando. La Sociedad está ahí para los que sabemos que es posible la Sociedad Anarquista: Aunque lo sintiera nuestro genial Durruti; eso de que “no nos asustan las ruinas, porque llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones”. ¡Claro que sí! Aunque suceden cosas que merecen repaso. Vamos a ver, queridos libertarios, hablemos del ‘futuro’ como si se tratase de cumplir con nuestro deber, sobre todo en las luchas de contradicción, para que siempre sea posible acabar con los dioses de las políticas bendecidas por “unos cuantos visionarios”, dentro de las iglesias, construidas para ‘colgar en ellas’ unos cuantos símbolos, sin más vida que santificar los sentimientos bíblicos: ¡Son falsos todos! Porque no sirven, sino para representar y patentar que ‘ellos son el bien’, mientras que ‘los demás ciudadanos son el mal’. Y como quiera que el ‘bien’ y el ‘mal’, son la vociferante perfecta que gritan desde el teatro; que viene a se el espectáculo del truco más rentable desde lo ‘divino’; es decir, sirva como ejemplo, que de ninguna forma, será juego de palabras de entretenimiento cultural, que pueda certificar conducta civilizada, desde el momento en que ‘no se pierda el pundonor más preciado’.
Así pues, el futuro sostiene su propia teoría, como si se tratase de un escenario espectacular, siendo siempre posible ‘el desarrollo del porvenir’. Quede aquí la interrogante, con cierto tremendismo: ¿Cómo sería verdad que, en vanguardia la espada de las soluciones, podríamos vivir sin la idea de futuro? ¡Increíble la osada imaginación! Después de cada ciclo de vida; después, cuando todo suele quedar a medio hacer; y que luego más tarde se alejó de nosotros la fase de los valores creativos; es decir, cuando ya está todo hecho, por mucho que quede por hacer; se puede decir que ‘el futuro’, importa más que el ‘pasado’. ¡Pues en el futuro, el pasado, solo es recuerdo; a veces triste, tal vez ‘lujo elogiable’!