Cloacas, corrupción, gansterismo… ¿por qué lo permitimos?

Hemos estado ocupados durante mucho tiempo con el devenir político de este país nuestro, que es lo mismo que decir con la actualidad diaria de nuestras propias vidas.
Hemos hablado de corrupción, de sobres, de partidos poco entregados a la labor para la que son elegidos… De gobernantes nefastos, de intervenciones parlamentarias a olvidar… de mentiras, de falsedades, de la propia estupidez que nos asola.

Para no perder comba, ha sido, este año, el de los Masters, o lo que es lo mismo, la indecente costumbre de manejar todo lo que les sale del forro a su antojo, repartiéndose entre ellas y ellos prebendas, títulos, condecoraciones, enchufes… a cambio de comisiones, de financiaciones poco transparentes, de favores, de burla a los verdaderos estudiantes. Han sido años y años de mamoneo institucional a tiempo completo, sin recato, a la luz del día.

Ahora, con el pescado de las irregularidades casi vendido, hemos cogido la senda de acoso y derribo al Presidente y Gobierno NO de derechas.Es lo que suele acontecer cuando esa derecha, oscurantista, nostálgica, y poco dada a gobernar para sus propios compatriotas, siente que se le va acabando el tiempo y las expectativas.

Entiendo que se pueda votar a la derecha, pero, nunca, a una como la de este país.
Puede que pensaran que Pedro Sánchez no duraría en exceso en La Moncloa porque sería defenestrado por quienes le auparon, pero han errado el tiro. Los socios del Presidente son absolutamente fiables, y además, tienen como meta gobernar –o ayudar a hacerlo– en clave de mejorar la vida de los españoles.

A poco que el Presidente logre comprender que sus socios no son sus enemigos, y sí sus aliados, y se ponga a la tarea de gobernar con sentido, puede que la presencia de la derecha en el banquillo de los reservas sea duradera. Y créanme, eso sería altamente beneficioso para la sociedad española.

Pero es otra circunstancia la que preocupa a quien esto escribe, es algo que pienso que no debería de escapársenos a nadie, y es la peligrosa costumbre que esta produciéndose en este país con las filtraciones de noticias, conversaciones, y otras actuaciones que van viendo la luz con cuentagotas y de manera oportuna.

Lo estamos viendo con la batería de filtraciones de situaciones y actuaciones de las y los ministros del actual Gobierno socialista. Es por ello por lo que me pregunto si en este país vamos a vivir con dignidad, con decencia, y con respeto, o por el contrario, el pulso del mismo va a ir al ritmo de toda la inmundicia y gansterismo que se ha acumulado (y propiciado) durante cuarenta años.Personajes que parece que han tenido patente de corso para acumular información, escuchas, dossiers de todo lo que se mueve, y que ahora, cansados de estar entre rejas (ese es su sitio) han empezado a esparcir la porquería con el fin de sacar ventaja de sus actividades, más delictivas que otra cosa. Y con ellos, un batallón de periodistas de bajo pelaje, más pendientes de acumular influencia (más que poder) con el fin de poder realizar impunemente su periodismo pobre, infame, y canallesco.

Estos personajes, aunque éstos de aquí son de chicha y nabo, parece que deseosos de emular a John Edgar Hoover y sus famosos archivos secretos, quieren, y de hecho lo están consiguiendo, manejar los tiempos y el latir de nuestro país, y eso, no parece que deba ser consentido.

La Historia de estos poco más de cuarenta años nos demuestra que hemos tenido presidentes falaces, siniestros, incapaces, y nefastos, y ellos y sus cohortes de colaboradores, han permitido la existencia de esas actividades –más propias de existir en las cloacas– con el fin de conservar, y en ocasiones, acumular su poder, su influencia, y su impunidad.

Me parece deleznable que todos estos personajes de tal calaña, hayan gozado de libertad y de impunidad para manejar lo que no les estaba permitido, me parece indecente que los gobernantes hayan permitido que ello sucediese, considero también que tanta porquería como acumula este país, y que ya nos llega por los tobillos, es una muestra palpable de la poca vergüenza, y la poca dignidad de todo un ejército de indeseables, de tipejos que no deberían ver más que la luz de una celda diminuta mientras vivan.

Pienso que un país no puede vivir al son que le marquen tantos sinvergüenzas, ex miembros de la seguridad del Estado, políticos, periodistas de pacotilla… sino al que le marquen unos gobernantes dignos, decentes, honrados, y comprometidos con el pueblo al que gobiernan… y en esa labor de elegirlos somos nosotros los principales responsables.

Saldrán más casos que salpicarán a otros ministros del Gobierno de Pedro Sánchez, pero, ya no me preocupa tanto si son acciones que no son delictivas, me preocupa mucho más que sean delincuentes de verdad quienes con su actividad, intenten derrocar a un Gobierno persiguiendo sus intereses, o los de actores no invitados a la fiesta. Deberíamos, en mi modesta e irrelevante opinión, pensar en algo que tiene una importancia vital… ¿Podría este país, y con él, su sociedad, sobrevivir bajo el paraguas de otro Gobierno de la derecha? Solo tenemos que sentarnos y repasar pausadamente el infierno que ha vivido este pueblo español desde 2011.

En fin, tendremos lo que los españoles queramos, solo falta comprobar si somos un pueblo con dignidad, o pasamos de la música y del que la toca.

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