Cèsar Palmer: “El pueblo necesitaba un cambio”

El joven Cèsar Palmer (Compromís) es quien ha tomado el relevo en la alcaldía de L’Alqueria d’Asnar después de más de cuatro décadas de gobierno socialista de la mano de Jaume Pascual.

Palmer, natural de Agres (1987), lleva alrededor de siete años en el municipio, trabajando en la fábrica de papel. Incluso fue concejal en la pasada legislatura, en la cartera de Hacienda, Servicios Sociales, Personales y Sanidad.

“Tuve que dimitir por cuestiones personales y por el hecho que estaba estudiando oposiciones”, nos comenta. Pero pronto quiso impulsar la introducción de Compromís en el municipio y romper la dualidad popular-socialista. “La gente quería gente nueva, necesitaba un cambio”.

Ciertamente, su llegada a la alcaldía “fue un poco imprevista”. El PSOE obtuvo tres ediles, dos Compromís y otros dos el PP. “La idea es que gobernaran los socialistas y lo estuvimos dialogando, pero no llegamos a ningún acuerdo”. Finalmente, Compromís consiguió el apoyo de los populares.

En los municipios pequeños, es una evidencia, “ya sabemos que la política se personaliza y había fuertes discrepancias entre ambos grupos”. Lo ideal, insiste Palmer, habría sido un gobierno tripartito, por el hecho que con el PSOE “no podíamos ya estar”.

RELACIÓN ROTA
La relación actual con la oposición es nula, “está rota: si es verdad que si no estuviera Jaume en la sombra las cosas serían mucho mejor”. En palabras del dirigente, “la gente estaba ya un poco cansada de siempre el mismo alcalde, de sus formas, haciendo que la localidad estuviera un poco encallada”.

La respuesta local que ha recibido en los primeros meses de gobierno ha sido muy buena, “incluso por parte de los fieles seguidores de Pascual”.

Queremos saber si el anterior alcalde, en su opinión, hizo cosas bien, y nos asegura que “por supuesto”. Consiguió, entre otras muchas cosas, tener un pueblo precioso, espectacular, de los mejores de toda la comarca. “Pero no me gustaban sus maneras, una política casi dictatorial: en 44 años no ha dado nunca una explicación en el pueblo sobre lo que hacía el ayuntamiento, algo que yo ya he hecho”.

Le acompaña en esta aventura política sobre todo Saray González, número dos del partido, responsable de Cultura, Juventud y Fiestas. “Pero también quiero destacar al resto de partidos, que somos pocos, pero vamos todos hacia delante, con la máxima ilusión”.

Palmer anhela una política de transparencia, en la cual “es verdad que acabo de empezar y seguro que tendré errores, como alguno que ya he tenido”. Se reconoce y se pide perdón, “porque somos humanos”.

FIESTAS ILUSIONANTES
Respecto a las fiestas patronales, el alcalde avanza que serán “muy emotivas, emocionantes y marcarán un antes y uno después”. ¿Por qué?, le inquirimos. «Se dará por primera vez el pregón, que lo haré yo mismo, después de que por cuestiones económicas no pudimos llevar a una persona relevante de la zona.

Sin embargo, aclara, quieren que cada año un grupo o persona del pueblo sea la protagonista, como este año la filà Verdugos, que celebran medio siglo de existencia. “También se han colgado banderas, que hacía décadas que no se hacía y se hará un homenaje a los difuntos”, exprés.

Semanas más tarde empezarán las reformas de una nave industrial que ha adquirido el consistorio, para disponer de un salón multiusos y poder emplearla como almacén. Asimismo, se cambiará el techo del trinquete, porque “sin duda, el deporte por antonomasia de L’Alqueria es la pelota valenciana”.

El verano, comenta con orgullo, “ha sido fantástico”, especialmente la escoleta y en la piscina, “con algún pequeño susto –una persona defecó– que obligó que se tuviera que cerrar dos días”.

Palmer finalmente invita a visitar el municipio, sobre todo el museo del papel, “por el hecho que L’Alqueria tiene un gran nombre gracias a esta industria”, pero también sus gentes, “que viven mucho en las calles, haciendo hermandad”, y degustar algún de nuestros platos típicos: pericana, arroz al horno, paella o pimiento relleno.