CD Alcoyano: Queda mucho por hacer
El Deportivo ilusiona frente al Hércules y decepciona ante el Ibiza donde paga su mal arranque de encuentro
Si algo han dejado claro los dos partidos contra Hércules e Ibiza son un par de cosas: que queda mucho por hacer y que el Collao sin público, es mucho menos Collao. Cuesta acostumbrarse a no escuchar el rugir de la grada, al aplauso por una buena jugada del equipo, a la protesta por una decisión arbitral o al cabreo del aficionado por una entrada a destiempo de un rival. Nada de eso se escuchó ni el domingo en el derbi ni el miércoles ante el líder. Dos buenos partidos deslucidos por la nueva normalidad impuesta por la pandemia.
El convencimiento fue unánime entre todos aquellos que al terminar el partido pensaron que con público en las gradas del Collao, el Hércules no se hubiera escapado vivo y que al Ibiza le hubiera tocado remar mucho contra corriente para defender ese resultado a favor con la grada empujando a los de Vicente Parras y retumbando en las cuatro paredes el campo el grito de “!Deportivo, Deportivo¡”. Otros equipos más cuajados aún que el cuadro isleño, terminaron sucumbiendo con el público erigiéndose en el jugador número 12 del Alcoyano.
Sin banda sonora en las gradas, los blanquiazules quedaron a merced de su propia suerte. Ese aliento se hubiera acabado transformando en ese último pase que no llegó o en esa décima de segundo para que un delantero del Deportivo hubiera llegado para empujar el balón al fondo de la portería. Sumar un punto de seis posibles y en casa deja cierto resquemor, pero hay que ser justos y decir que salvo las lagunas del inicio de ambos encuentros, el equipo siempre dio la cara ante las dos mejores plantillas del grupo y que seguro están entre los equipos más potentes de la categoría. El Alcoyano estuvo jugando con fuego en los dos inicios de partido, pero si bien es verdad que frente al Hércules no tuvo ninguna trascendencia en el posterior desarrollo del encuentro, contra el Ibiza se terminó quemando y lo pagó muy caro. Fueron dos goles en los primeros veinte minutos que luego acabaron siendo una muralla infranqueable.
En ambos partidos, la actitud del equipo fue encomiable. Más de un jugador del Hércules soñó esa noche con Juli. La primera parte del capitán blanquiazul, mientras le duró la gasolina, fue para enmarcar. Su banda se convirtió en una autopista por donde el 7 martilleó una y otra vez a una zaga que se tuvo que multiplicar para que el boquete no se hiciera más grande y terminara naufragando la millonaria nave herculana. Junto a Juli despuntó Raillo. El 10 blanquiazul también apareció por todos los lados. En el centro del campo destacó Juanan, totalmente recuperado tras ser positivo por coronavirus.
El de L’Olleria es un jugador de la máxima confianza de Vicente Parras, que ya le conoce de la etapa de ambos en el Ontinyent. Marcó frente al Ibiza el único gol que aparece en la cuenta del Deportivo después de tres jornadas. Fue el 1-2 a tres minutos del descanso, un gol que metió otra vez a los blanquiazules en el partido tras el desastre de los primeros veinte minutos. Solo tuvo que empujar el balón con el pecho en la misma raya a la salida de un córner. Mención especial en el derbi merece Jordán, el lateral diestro que esta temporada ha llegado de la Balompédica Linense. Si Juli reapareció sin hacer pretemporada, el defensa gallego jugó casi todo el partido contra el Hércules también sin apenas dejarse ver en los partidos de preparación y sin disputar un encuentro oficial desde marzo. Más de ocho meses sin competir casi nada.
Jordán se quedó en el banquillo ante el Ibiza como tampoco jugaron Jony Ñíguez, Ángel y Raillo. Vicente Parras buscó no solo oxigenar el once frente a un líder muy físico, también busca tener a todo el equipo enganchado y que nadie se descuelgue nada más empezar la liga. En su lugar entraron José Solbes, Jona, Diakité y Alberto Rubio. Los dos primeros no jugaron el derbi por la conocida cláusula del miedo por su presente y pasado en el Hércules. Quien se quedó sin jugar el miércoles fue el delantero hispano-marroquí Mourad, que este año ha llegado cedido por el Elche, que vio la roja directa en el derbi, una decisión muy rigurosa del colegiado que le costó ver el partido contra el Ibiza en la grada.
Portero de balonmano
Si ante el Hércules fue un veterano como Juli quien se cargó el equipo a las espaldas, ante el líder fue otro viejo rockero como José Juan quien hizo posible con sus paradas que el equipo mantuviese el tipo hasta el final. Más que un portero de fútbol, el meta gallego pareció un guardameta de balonmano. A sus 40 años demostró que sus reflejos están intactos y su agilidad está fuera de toda duda. Completó posiblemente su mejor partido como blanquiazul pese a los dos goles encajados
Queda mucho por construir en este equipo, si después de Orihuela la preocupación estaba en lo poco que generaba el equipo, tras jugar contra Hércules e Ibiza el equipo dio muchas muestras de vulnerabilidad en los balones a la espalda de la defensa donde sufrió una barbaridad y concedió muchas ocasiones.