Carlos Matarredona, el difícil tránsito del tenis universitario al profesional

El alcoyano dejó atrás cinco años de experiencia dentro del circuito estadounidense

Carlos Matarredona, el difícil tránsito del tenis universitario al profesional
Carlos Matarredona durante un partido de la última temporada en el circuito estadounidense.

Dicen de los veranos que son la mejor época del año para descansar, pero también para reflexionar y dedicarse a uno mismo. Es lo que intenta conseguir Carlos Matarredona, que tras cinco años en una universidad estadounidense, en el que el tenis y los estudios acaparaban todos sus esfuerzos, busca adaptarse a su nueva vida tras regresar a casa.

“He decidido tomarme un tiempo de reflexión, de ver lo que hago con mi vida”, se sincera el alcoyano, de 23 años, desde la isla italiana de Cerdeña, donde llegó el pasado 1 de junio después de cerrar con honores su etapa estadounidense, siendo elegido “Lion King”, deportista del año en la Universidad de North Alabama, con la que estuvo compitiendo las dos últimas temporadas, tras regresar del parón por la pandemia.

Carlos Matarredona se encuentra en Italia con un contrato hasta el 30 de septiembre como entrenador de la Mouratoglu Tennis Academy, considerada como la academia de tenis más prestigiosa del mundo, creada en 1996 por Patrick Mouratoglu, que tiene su sede central en Niza y acaba de abrir en Cerdeña su quinto centro en el mundo.

“Necesitaba parar y ver qué hago con mi vida. Han sido cinco años muy volcado en competir y sacar adelante mis estudios universitarios, con un Máster en dirección empresarial incluido. Cuando me surgió esta posibilidad no me lo pensé, creía que era la mejor manera de cerrar y prepararme para abrir otra muy distinta, ya en casa. Mi intención es regresar el 1 de octubre y empezar a tope”, ha explicado.

EMPEZAR EN ENERO
Esos planes de futuro pasan por aprovechar esos cinco años en el circuito universitario estadounidense y trasladarlos al tenis europeo. “La intención es entrenar ‘a full’ durante tres meses, para a partir de enero, que es cuando se empieza a competir en España, estar preparado para ver hasta dónde soy capaz de llegar. Quiero enfocar el próximo año en jugar todos los torneos que sean posibles y tratar de conseguir el mayor número de puntos ATP. Con 23 años creo que aún tengo bastante fuelle por delante”, confiesa el alcoyano, que lleva dos veranos sin competir en el circuito nacional, donde llegó a estar en el puesto 212 del ránking.

Su formación estadounidense le hace ser un jugador atípico dentro del circuito español. A ello se suma sus 2,01 de estatura, una envergadura poco común dentro del ránking. “No me quedará otra que adaptarme. Tiene su parte buena de que hay pocos jugadores con mis características, pero soy consciente de que mi tenis no encaja en el típico jugador español de tierra. Soy más un tenista de saque y red por mi envergadura, un jugador eminentemente de ataque. Confío que acabe siendo un factor a mi favor”, se reivindica.

Reconoce que el jugador que se fue a Estados Unidos recién estrenada la mayoría de edad nada tiene que ver con el tenista dispuesto a comerse el mundo que es actualmente. Incluso asegura que su evolución se ha acentuado en el último año con el cambio de entrenador en la Universidad de North Alabama. “Donde más lo he notado es en el aspecto físico. En Estados Unidos se incide mucho en coger volumen y ganar peso. Tenísticamente dedicábamos a entrenar de cinco a seis días a la semana con sesiones de tres horas diarias”, recuerda.

Carlos Matarredona llegó a Estados Unidos en agosto de 2018 con una beca de la Tyler Junior College, la misma en la que su tío, Miguel Valor, es toda una institución y recientemente se le hizo un reconocimiento.

Fueron dos años en los que consiguió el anillo del Campeonato Nacional de Universidades Junior College (NJCAA). La pandemia hizo que tuviera que volver a casa durante casi un año, hasta que en enero de 2021 regresó a Estados Unidos para fichar por North Alabama University, donde terminó ofreciendo su mejor versión académica y competitiva.

Puede leer el artículo completo en la edición de El Nostre Ciutat del sábado 12 de agosto de 2023.

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