Campo de fútbol Jorge Molina
El campo de fútbol Jorge Molina, o como se llame, es un claro ejemplo de que lo que mal empieza, mal termina. Se ha convertido en el cuento de nunca acabar “y lo que te rondaré, morena”, como dice el dicho. Primero fue un proyecto que se anunció a “bombo y platillo” en abril de 2016, nada menos que hace siete años y medio, con un presupuesto de algo más de 2 millones de euros. Aquel primer anuncio incluía dos campos, uno sintético y otro de césped natural. Hubo una foto oficial, delante de un panel de grandes dimensiones, que durante mucho tiempo acompañó a todo aquel que girara la cabeza a su derecha cuando iba a entrar por el acceso de arriba del Francisco Laporta. En ella aparecen Lionel Grau, Paco Bustos y Héctor Rúa, que lamentablemente ya no están entre nosotros. Ni Juan Serrano es el presidente del Alcoyano, ni tampoco Vicente Muñoz es el de la Federación Valenciana. Solo Toni Francés y Alberto Belda siguen como alcalde y concejal de deportes. Durante mucho tiempo, hubo una corriente interna dentro del Alcoyano sobre la conveniencia de que uno de los dos campos llevara el nombre de Lionel Grau.
Aquel proyecto que iba a ejecutarse en tres fases, quedó en el más absoluto de los limbos, al menos en su versión original, puesto que en un verdadero juego de magia, el PSOE lo convirtió en una de sus banderas electorales en materia deportiva, previo paso de un considerable lifting, en el que desaparecía el campo de césped natural y se reducía a más de la mitad el presupuesto, que quedó en 800.000 euros. Desde aquel mismo momento, el PP se convirtió en un martillo pilón, primero alertando que el campo iba a construirse sobre unos terrenos de titularidad privada y, más recientemente, criticando sus deficiencias con el primer charco que apareció al poco de inaugurarse. Por no tener, no tiene ni nombre. Bueno sí, se llamará Jorge Molina, pero ya son varios los aplazamientos para esa inauguración oficial. Primero en el verano de 2022, después en las pasadas Navidades y tampoco pudo ser este verano. Ni siquiera en la cartelera semanal aparece la denominación de campo Jorge Molina, se le nombra con un ambiguo “Camp Municipal A”. Para colmo, el Alcoyano ya ha levantado la voz diciendo que no es un campo apto para que entrene un equipo profesional y este verano dos chavales de la Escuela han sido operados de la rodilla tras sufrir su muy critidcada irregularidad. Me temo que solo estamos en el principio.