Botella, botellón
Llevamos unas semanas con la problemática del botellón, sobre todo con los adolescentes. La gran mayoría de las quejas viene por la suciedad y el escándalo que con lleva este tipo de juntadas, y como no puede ser de otra manera, con las típicas peleas que se producen.
Además en Alcoy este tipo de aglomeraciones se hacen por los parques y en el centro de nuestra población, cuando en otras poblaciones se suele hacer por las afueras y parece que se note menos, salvo cuando son multitudinarias. El Parterre se ha convertido en uno de sus lugares favoritos. Centenares de adolescentes se juntan a beber como si no hubiera un mañana. Con los consecuentes problemas que suceden cuando juntamos alcohol y juventud. Destrozo de jardines y zona de parque infantil, el surtidor lleno de basuras, botellas y vidrios. Grandes molestias a las personas que están consumiendo en los restaurantes, bares, pubs y cafeterías de la zona. Se ha llegado al caso de que clientes habituales de los bares de la zona no han podido ni terminar de cenar, servirles únicamente las bebidas y debido al escándalo y de tenerlos a pocos metros de la mesa orinando, pedir la cuenta antes de servir la cena y marcharse. Ni que decir lo perjudicial que es esto para los profesionales que ven cómo va bajando de cantidad su clientela. Vómitos por los columpios al igual que por cualquier lugar del parque.
Resumiendo que en un lugar tan bueno para estar, en el que puedes estar consumiendo tranquilamente, tomar un refresco, cenar, etc. mientras los niños juegan, se ha convertido en una desagradable zona de botellón.
La verdad que hay quien los defienden y dicen que a algún sitio tienen que ir esta juventud y nos recuerdan a los que tenemos, o vamos camino de sienes blancas, que todos hemos sido jóvenes y que hacíamos cosas parecidas.
Bueno yo no lo veo así y mira que me ha gustado la fiesta y continúa gustando más que a un tonto un Palote, creo que el desmadre y ante todo el respeto por las personas mayores se ha perdido y mucho.
Y lo peor de todo es que no nos damos cuenta del peligro que tiene el alcohol y más con gente tan joven, es muy lamentable escuchar a personas del GARA que te digan que los que más asisten a sus o a ver a terapias y a los médicos son gente de entre veinte y cinco a los treinta y cinco años. Algo que parece no tener en cuenta cuando hablamos de lo que está pasando con estos chicos.
Quiero terminar este escrito con la letra de una canción de un cura muy mayor que conoció mi hijo estos años pasados y a pesar de coincidir tan sólo dos años, hicieron una gran amistad y este señor le regaló un C.D. que él se había grabado y unas hojitas con las letras de sus canciones, todas ellas muy sencillas, pero que nos puede hacer pensar y es un sencillo homenaje a este pequeño gran hombre José Miguel Burgui.
“ Botella, botellón. Sí wiski, Larios y ron, botella, botella, botellón. Muero si no bebo de ella, ron, pienso que es dulce doncella, Larios, que a besos como, trago y adoro, wiski.
Alcohol mi Dios de fin de semana, alcohol me robas el alma. Te quiero mucho, mucho y siempre con calma, pasando botella, botellón con mí panda.
Alcohol en cada botellón, lo nota el corazón, pierdes la razón, por dos tragos de ron, me dejas tirado en la acera.
Botella, botellón, os quiero y adoro aunque rompáis hígado y riñón. Alcohol eres ruina y perdición. Enamorado de ti, rompiste mi vida, me volviste loco, me alejó de tu casa, cueva o mansión, bar calle y callejón.
Adiós, agur, adèu, bye ,bye, alcohol nunca más estaré junto a ti en noches y largas madrugadas. Viviré libre, sin adicción, sin tu dulce y amarga afición. Te dejo por siempre alcohol, alcohol, alcohol, adiós, adèu, agur bye, bye”