Ascender sí o sí
Una sobrepasada FFCV por los acontecimientos, daba esta semana señales de vida con algunos acuerdos asamblearios, entre los que estaban la reestructuración de las categorías, incluida la Tercera División. La incongruente decisión de premiar a los que peor lo han hecho regalando permanencias a diestro y siniestro hacía prever un incremento de equipos en las distintas categorías con el play-off exprés para determinar los ascensos. En el caso de la Tercera División, la próxima temporada se pasará de 20 a 22 clubes por los tres que suben de Preferente menos el que lo hará a Segunda B. Para evitar una liga con 22 equipos y con un mes menos para jugar, la FFCV ha decidido dividir la categoría en dos con 11 equipos por grupo. Un formato que se mantendrá por espacio de dos temporadas, el año que viene bajarán cuatro en vez de tres y la Tercera recuperará el formato actual de un grupo con 20 equipos en la temporada 2021/22. Una fórmula que no solo devalúa la categoría, también la desprestigia. Pero si las dos próximas temporadas veremos una descafeinada Tercera División, no menos preocupante es el panorama que se dibuja una categoría más arriba, con la reestructuración que se prepara para la Segunda B. El anuncio de la creación de la 2B Pro, la nueva categoría que estará a caballo entre la Segunda División y la actual Segunda B, cambia la perspectiva del mal llamado fútbol no profesional. La puesta en marcha de esta nueva categoría divide actualmente a los clubes. Aquellos equipos que logren ascender verán el futuro con otros ojos por la entrada del dinero del fútbol profesional, pero aquellos que no lo consigan quedarán en el purgatorio de una categoría aún más maldita y que sufrirán más si cabe el histórico olvido que ya les acompañaba, ahora con más motivo porque perderán de un plumazo la consideración de categoría de bronce del fútbol español. Si eso ocurrirá en Segunda B, extrapolar el problema a la Tercera aún es peor, puesto que pasará a convertirse en una especie de quinta división, que si encima tenemos en cuenta que la nueva Tercera valenciana tendrá dos grupos, igual nos vamos a una sexta categoría. Si ya hubo que hacer un ejercicio profundo con equipos como el Vilamarxant o el Atzeneta pasando por el Collao. ver a la próxima temporada al Castellonense, por poner un ejemplo, el golpe de realidad aún será más duro si tenemos en cuenta que hasta no hace mucho eran Hércules, Barça B o Lleida quienes estaban enfrente. El año en el purgatorio ha estado bien, ha servido para bajar los humos de algunos que se creían intocables, pero la nueva realidad del mal llamado fútbol no profesional obliga a pensar que el futuro del Alcoyano pasa por el ascenso y regresar sí o sí a Segunda B esta misma temporada.