Alertan de un recrudecimiento de los casos de violencia de género a raíz del confinamiento
“Los obstáculos derivados de la Covid son infinitos y todo esto paraliza a la víctima”, asegura la psicóloga de la OAVD
Un total de 3.466 mujeres. Esta es la cifra víctimas de la violencia de género que acudieron a pedir ayuda a la red de Oficinas de Asistencia a las Víctimas del Delito (OAVD) de la Comunidad Valenciana durante los más de tres meses de estado de alarma. De ellas, 810 corresponden a nuevos casos. La media semanal de víctimas asistidas por primera vez durante este periodo ha sido de 58, un dato que contrasta con el año anterior, cuando se registró una media semanal de 176 casos, lo que supone un descenso del 67%, según cifras facilitadas por la conselleria de Justicia de la Generalitat, de la que depende esta red de OAVD.
Esta significativa bajada, sin embargo, no debe llevar a asociar un descenso con una menor incidencia de la violencia de género durante el estado de alarma, tal y como remarcan desde la Oficina de Alcoy.
Además, según destacan, del total de víctimas asistidas en las nueve oficinas de la provincia de Alicante, el 97% son mujeres y cerca del 72% sobre el total corresponde a víctimas de violencia machista, lo que a juicio de las responsables de la OAVD “orienta” acerca de la “preocupante situación” derivada de la crisis sanitaria y el confinamiento.
Por otra parte, se tiene constancia de un descenso de las denuncias por malos tratos durante el estado de alarma, un periodo en que a la víctima “se le ha hecho aún más difícil”, señala Mónica Corbí, letrada responsable de la OAVD de Alcoy, quien añade: “Hay una disminución de casos y de denuncias, pero esto es solo aparente, aún no se tienen datos fiables, habrá que esperar. En cambio sí hay datos periféricos que apuntalan un aumento de los casos de violencia de género y, sobre todo, un recrudecimiento de esta violencia sobre las mujeres. Las situaciones que nos cuentan las víctimas son espeluznantes, así por ejemplo, las llamadas al 016 han aumentado en horario de madrugada, sobre todo de 2 a 6 de la mañana, cuando el agresor se supone que duerme, y esto es algo muy significativo”, resalta.
La valoración es compartida por su compañera en la OAVD, la psicóloga Alicia Sarabia, quien subraya que como consecuencia del estado de alarma, el confinamiento durante las primeras semanas y, en general, todas las restricciones que ha desencadenado la crisis del coronavirus “los obstáculos son infinitos y todo esto paraliza a la víctima”, señala, al tiempo que recalca que “la situación que estamos viviendo es tan excepcional que los datos no reflejan la realidad”.
CONSECUENCIAS SOBRE LOS HIJOS
Y cuál es esta realidad de la que hablan, le preguntamos a la psicóloga. Y una de las primeras cuestiones en las que hace hincapié es precisamente el miedo a denunciar por parte de las mujeres que sufren violencia de género. De hecho, las víctimas tardan una media de ocho años en hacerlo, aseguran. “Y en el confinamiento se complicó todo aún más, si el estado de alarma ya produce una situación de tensión para todos, vamos a ponernos en la piel de una mujer conviviendo 24 horas con su maltratador”, resalta Mónica Corbí, quien alerta además de las consecuencias sobre los hijos en los hogares donde se dan casos de violencia de género. “Hay que plantearse también lo que vendrá después”, incide Corbí.
LIMITACIONES A CAUSA DEL COVID
Sobre cómo ha influido la nueva situación en relación a la atención psicológica de la víctima de violencia de género, la psicóloga explica que la Covid ha impuesto una serie de “barreras” y limitaciones, como son la distancia interpersonal, algo “tan importante para los profesionales que asistimos a estas mujeres como es la proximidad, el transmitirle consuelo y tranquilidad en un momento tan difícil, ahora es complicado”, indica Sarabia.
Sin embargo, hay ocasiones en que estos métodos de atención a distancia, vía telefónica por ejemplo, han ayudado a la víctima. “Se dan casos en que la intimidad es mayor a través del teléfono y se sienten más cómodas contándote su situación”, comenta la psicóloga, quien para terminar advierte de la “vulnerabilidad” de las víctimas determinada por las nuevas circunstancias y los efectos a corto y largo plazo, también en el ámbito familiar.