A Camilo Sesto
El inesperado fallecimiento de Camilo Blanes Cortés (Camilo Sesto), nos ha llenado de tristeza y de pesar, no sólo a todos los habitantes de este valle, sino también al mundo pop mundial admirador de su portentosa voz, de sus canciones, de su persona, y en definitiva de su legado que no es poco. Siempre nos quedará el consuelo de que Camilo se reencontró con su amada ciudad natal hace tres años, gracias principalmente a la labor de su club de fans en Alcoy, capitaneado por Gilberto Molina, y al Ayuntamiento, que no quiso perder la ocasión de otorgar a nuestro cantante universal tan justos y merecidos honores.
Camilo Sesto será para siempre una leyenda de las baladas románticas; las que él mismo componía con su música y su letra, sin saber solfeo, y con una cassette y una guitarra al principio, para hacerlo después con el piano. Buscaría a los mejores arreglistas orquestales del momento, como Bill Shepherd, arreglista de los Bee Gees, al británico Johnny Arthey o al español Juan Carlos Calderón, entre otros, interviniendo directamente él en los arreglos. El resultado todos lo conocemos: canciones, algunas memorables, que saltaron del escenario a la calle y que hicimos nuestras, como algo inseparable de nuestras vidas.
Alcoy y el mundo que le vio nacer como artista universal lloran esta pérdida irreparable, pero nos queda el recuerdo de su voz y sus canciones, fotografías… y aquella inolvidable interpretación del papel principal de Jesucristo Superstar, la mejor representada de la historia en una lengua diferente al inglés, lo cual la convirtió en un hito más allá de nuestras fronteras. El chico joven al que le apasionaba cantar y tocar la guitarra, que un día se fue a buscar fortuna como buen bohemio que era, y que pasó incontables vicisitudes, encontró al final lo que quería: cantar para un público; y lo hizo tan bien, con tanto talento, que llegó a ser de los mejores y más adorados del mundo.
Descasa en paz Camilo.
ALFONSO JORDÁ MOREY
Presidente de la Asociación de Amigos de la Música de Alcoy