¡Mi cachorro me gruñe! Parte 2

La semana anterior comentamos algunas de las situaciones que pueden llevar a los cachorros a gruñirnos. El artículo terminó con la frase “En ninguna de las consultas de este tipo que he tenido estos meses me he encontrado con un gruñido sin justificación por parte del perro.” Comentamos algunas de las situaciones “injustas” que llevan a los cachorros a gruñirnos; como manipularlos de forma excesiva o incorrecta, no supervisar las interacciones entre niños y perros, y sobre todo, estar continuamente quitándoles cosas de la boca.

Algunos adiestradores podrían no estar de acuerdo con mi interpretación de la situación, es decir, argumentarían que un perro debe aprender a tolerar que le quitemos cualquier cosa en cualquier momento. Estoy totalmente de acuerdo con esta afirmación, considero que parte de nuestra responsabilidad como propietarios de perros es enseñarles a gestionar determinadas situaciones que pueden darse en el día a día y que pueden suponer un peligro, como puede ser que alguien le quite algo que tiene en la boca. Pero, por otro lado, considero que los perros deben ir aprendiendo de forma gradual a tolerar estas situaciones, y ello no pasa por forzar a los cachorros sin antes “explicarles” que no hay nada que temer por que alguien nos quite algo de la boca.

Parece ridículo afirmar que se puede “explicar” a un perro que esa situación no es peligrosa para él, pero la realidad es que sí puede hacerse. Pero para ello, debemos aprender a respetar sus tiempos de maduración, exactamente de la misma forma que hacemos con los niños. Al igual que es imposible explicarle a un bebé de un año que algo es peligroso para él y que debemos quitárselo, es imposible explicarle a un cachorro joven lo mismo; por lo que, como ya comentamos en el artículo anterior, hay etapas en las que la única solución pasa por la prevención.

Si respetamos sus tiempos de maduración, y enseñamos a tolerar estas situaciones de forma gradual, veremos como nuestro perro termina confiando en nosotros y las protestas remiten. Si forzamos, sobre todo en etapas tempranas, solo conseguiremos un perro que desconfiará de nosotros y que comenzará a realizar comportamientos como huir de nosotros cuando coge algo interesante del suelo, e incluso agredirnos si intentamos quitárselo. Siempre diré lo mismo, un perro que agrede es un perro al que no se le han respetado sus tiempos de aprendizaje.

Para cerrar esta temática, es conveniente recordar que los cachorros – sobre todo aquellos en edades comprendidas entre los 2 y los 4 meses – están en el período de aprendizaje más importante de su vida, conocido como período de socialización. Todo lo que ocurra durante estos meses quedará grabado de por vida en la psique del animal, por lo que en nuestras manos está ir enseñándole a gestionar diferentes situaciones de una forma gradual y divertida. Debemos acompañarle en este nuevo camino en el que debe aprender que el entorno en el que vive es un lugar seguro – con el tráfico, gentío, monopatines, otros perros y demás situaciones -, que nosotros no somos nada peligroso para él, sino todo lo contrario, somos el lugar donde refugiarse cuando algo le da miedo y donde apoyarse a la hora de aprender gestión emocional.

¿Qué trabajos debemos realizar con nuestro cachorro en esta etapa?

1.Socialización con personas

Los cachorros deben aprender que las personas somos algo positivo, que somos proveedores de cosas buenas y que por supuesto, no somos algo peligroso. Las agresiones a personas se dan en un 90% de casos por problemas de socialización en etapas tempranas.

2. Socialización con perros

Los cachorros deben aprender asimismo que los otros perros son algo bueno. Esto a menudo se convierte en una tarea complicada, ya que en la calle nos encontraremos perros de todo tipo; sociables y no tan sociables. En nuestras manos está presentarle perros que sean no solo sociables, sino que se comuniquen correctamente, que sean educados y que le proporcionen momentos divertidos de calidad.

3. Habituación a diferentes ambientes

Esto conlleva, habituarse a entornos urbanos, rurales, etc.

4. Manipulación

Nuestro cachorro debe aprender que todo lo que conlleva manipulación – cepillado, cortar uñas, limpiar oidos, vacunación, exploraciones veterinarias, etc – es algo agradable. Para ello, necesitaremos localizar a un veterinario que colabore con nosotros en esta tarea.

5.Obediencia básica

Nunca es demasiado pronto para comenzar a entrenar a nuestro perro en los ejercicios de obediencia básica. Estos incluyen el sentado, echado, quieto, caminar sin tirar y acudir a la llamada. Algunas escuelas añadimos algunos más como ejercicios propedéuticos y de autocontrol. Estos ejercicios nos darán herramientas de comunicación con el perro y fomentarán una relación con él basada en el acierto.

6.Otros

Habituación al coche, al transportín, a otras especies… nunca se socializa en exceso siempre que respetemos los tiempos y estos entrenamientos sean algo divertido y estimulante para nuestro perro.
Objetivo final: construir un Super cachorro, es decir, un futuro perro adulto habituado a todo y que, por tanto, pueda acompañarnos a cualquier lugar y disfrutar así de una mejor calidad de vida.

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