Transformar el sonido para viajar a otros lugares: Martí Guillem presenta ‘Trueno’
El valenciano organizó una escucha de su nuevo disco en vinilo en el IVAM CADA de Alcoy con un taller de introducción a la síntesis modular

La música, como ocurre con cualquier arte, tiene sus recursos. Las posibilidades de lo digital son ilimitadas, pero es que con los medios analógicos ocurre lo mismo. Y quien se atreve a explorarlas obtiene un horizonte infinito de masas sonoras que pueden transformarse para sonar como uno desee. Así nace el trabajo de Martí Guillem Ciscar, músico valenciano, que presentó ‘Trueno’, su primer disco en vinilo, en el IVAM CADA de Alcoy el pasado viernes 25 de abril.
El Salón de Actos del recinto dejó de ser un espacio expositivo de la mano del músico para pasar a ser un escenario onírico. Allí, la oscuridad lo envolvía todo para que solo fuera la música la que llenara el ambiente. Si el sentido de la vista se inhibe, el del oído potencia su capacidad. Y, por tanto, el viaje es mucho mayor.
Martí Guillem trabaja el sonido de una forma muy especial. Aunque ha utilizado infinidad de recursos a lo largo de su carrera, en ‘Trueno’ ha querido limitarse para explorarse a sí mismo y encontrar una excusa para grabar, ya que asegura que es una “persona muy de directo”: “La historia está en que ha sido un experimento, junto a un amigo mío, de hacer todo el disco con el sintetizador modular”. Este aparato es un tipo de sintetizador que se forma a partir de módulos especializados separados. El músico los combina y con ellos deforma y trabaja el sonido para conseguir lo que busca.
Martí Guillem explica que fue a Madrid unas cinco veces, tres días en cada una. Y lo hizo para encerrarse en casa de un amigo, Oxo, que también es el productor del disco, y aprovechar su estudio para grabar todo el álbum. “La excusa es que fuera con el modular y en ese espacio-tiempo limitado compartido”, desarrolla el valenciano. Así, todos los sonidos que han trabajado se han grabado en estas sesiones y el disco no se ha trabajado fuera del marco referencial que establecieron.
En sus presentaciones, el músico realiza talleres de síntesis modular para que la gente entienda cómo funciona esta tecnología: “Agradezco muchísimo cuando la gente es generosa conmigo a nivel de compartir conocimientos y a mí me hace sentir bien ver cómo alguien está disfrutando y aprendiendo de algo que yo le estoy aportando”. Aun así, en estos eventos no toca en directo porque trabaja con muchas capas y no podría hacer sonar el disco igual en vivo: “Una persona que hace una película no la vuelve a grabar cada vez que la muestra”. “Yo no estoy haciendo canciones, estoy generando un espacio-tiempo. […] La idea es que esto fuera un viaje onírico sugerente y que cada uno se lo llevara a su terreno”, concluye. Así, el artista agradece las respuestas de la gente que lo escucha, ya que cada persona le cuenta a dónde le ha llevado cada canción.
Por eso, Martí Guillem define su trabajo artístico de una forma un poco compleja: “El mismo sonido puede empezar siendo una guitarra y en la misma pista pasar a ser una especie de bombo y después una textura… Porque el sonido muta”. Acaba explicándolo más como “una masa que se transforma» que en sí “un sonido producido por un instrumento. Se parece más a una escultura sonora que a una canción”, concluye el valenciano.