Ya huele a mona: la dulce tradición que vuelve cada Semana Santa

La variedad se amplía con diversos sabores aunque la predilecta sigue siendo la tradicional

Ya huele a mona: la dulce tradición que vuelve cada Semana Santa
Carmina Botí, de El Forn de Sant Llorenç, muestra una mona. | TIM GUDYNAS

Con la llegada de la Semana Santa, en Alcoy hay algo que se respira más allá del incienso de las procesiones: el aroma inconfundible de las monas de Pascua recién horneadas. Y es que, como cada año, las panaderías y hornos de la ciudad ya están a pleno rendimiento para satisfacer los gustos de sus clientes. Carmina Botí, propietaria de El Forn de Sant Llorenç, nos cuenta que los encargos ya empezaron a llegar hace unos cuantos días y recomienda no dejarlo para última hora. “La mayoría se lo deja para el último momento y luego es más difícil tener lo que buscan”, advierte con una sonrisa cómplice.

Las monas, ese dulce que ha acompañado la infancia de generaciones, siguen siendo protagonistas absolutas de la Pascua. Junto a las torrijas, conforman el dúo más dulce de la temporada. Y aunque la tradición manda que los abuelos regalen la mona a sus nietos, hoy en día nadie se resiste a darse un capricho, tenga la edad que tenga. Los hay que se las autoregalan: “Los estudiantes se las están llevando también”, apunta Carmina.

Este año, la variedad se amplía con sabores que van más allá del clásico bollo coronado por un huevo cocido: chocolate blanco, Oreo, Lotus, pistacho… incluso las de siempre tienen su hueco asegurado. “Todas tienen demanda, pero la predilecta sigue siendo la tradicional”, confirma Carmina. Su precio arranca desde los cuatro euros y se pueden encargar en cualquier tamaño.

Eso sí, las monas con formas divertidas o dibujos parecen haber quedado en el recuerdo. “Cada vez se piden menos”, dice Carmina, que no pierde el entusiasmo por innovar y atender encargos especiales.

En El Forn de Sant Llorenç se mezcla la tradición con los nuevos gustos, y aunque el escaparate se llene de huevos de Pascua y conejitos de chocolate, la reina sigue siendo la mona. Y es que Alcoy no perdona esta dulce costumbre y todavía hoy los padrinos regalan una mona a sus ahijados el Domingo de Pascua, incluso existe un segundo día, el lunes, para seguir manteniendo viva la tradición.

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