Aprender
Tantas novelas leídas, tantas películas y series vistas, combinado con la edad que comenzamos a acumular, tiene como resultado la formulación de sentencias del estilo: “ho hem viscut quasi tot”. Pues no, la Pandemia -propia de las pelis de Stephen King- no sólo pasó, también nos sorprendió y a la mayoría nos marcó.
El COVID es la Guerra que dicen que se registra cada dos generaciones, un periodo de tiempo imprevisible en el que pasan cosas increíbles y en las que la Ley que impera es la de la supervivencia. Un tiempo en el que mueren personas y en el que los poderosos aprovechan para robar (más). Todo cuadra, todo ha pasado tal cual lo mandan los cánones de la Historia de las Guerras.
A los que hemos tenido la suerte de sobrevivir nos han usurpado casi 3 años de vida, de tal manera que las cosas -ahora- se recuerdan como ‘antes’ o ‘después’ del COVID, y todo lo que en aquel tiempo sucedió resulta ahora difuso, turbio y desordenado.
Recordarán que pasaron dos años sin Fiestas de Moros y Cristianos. Una nimiedad si lo comparamos con las miles de muertes que se cobró el virus. Pero quizás sea interesante fijar el foco en estas cosas que nos valieron para aprender a sobrevivir, al menos, mentalmente. Porque en aquellas oleadas del ‘bicho’, aprendimos a conservar la vida, pero también a mantener la cabeza en su sitio.
En este sentido, la labor de la Asociación de San Jorge será estudiada y valorada en los libros de Historia del futuro. Esta entidad, en principio creada para organizar unas Fiestas y para rendir culto al patrón Sant Jordi, se convirtió en una en un ‘mantenedor’ de la ilusión y de la esperanza. Convocó actos online, lanzó programas de radio específicos y fue capaz de publicar las dos revistas de Fiestas (la tradicional y la científica) en los dos años en los que no hubo Fiestas. Mantener encendida aquella llama festera alzó la delicada moral de la tropa alcoyana durante todos aquellos meses en los que muchos casi perdemos la chaveta. Y fue la ASJ la que fue capaz de organizar actos en plena Pandemia, marcando medidas de seguridad que fueron referente para otros acontecimientos en Alcoy y en otros lados. Fue tal la demostración de cordura y de organización, que la Generalitat decidió abrir por primera vez la celebración de unas Fiestas en abril de 2022 y en Alcoy. Fue el verdadero punto de partida hacia la apertura (aunque nos contagiamos todos en aquella Trilogía).
Fueron meses de Solidaridad, de Amistad, de Protección de nuestros seres queridos y de inversión en la Ciencia para conseguir una vacuna en tiempo récord.
Pero las personas somos destructivas y malas por Naturaleza. Y superada la crisis, todo ha vuelto a la normalidad. Y ya no se aplaude a los sanitarios, se les agrede. Y la envidia y la competitividad siguen siendo las herramientas de trabajo del día a día. Y dicen que en las residencias de ancianos no se ha aprendido nada, y que si hoy volviera a pasar, el resultado sería el mismo: Horrible. El género humano ha de hacérselo ver.
NATXO LARA. Periodista