Manu Mir, el jugador universal
Tras jugar cuatro cursos en Italia, cumple su segundo año en la liga francesa donde lleva ya diez goles
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Manu Mir, jugador de hockey sobre patines nacido en Alcoy, representa la nueva generación de un deporte con profunda raíz en esta localidad. Hijo de Diego Mir, una auténtica leyenda del Patín Alcodiam Salesiano (PAS Alcoy), Manu ha heredado no solo la pasión, sino también el talento que ha llevado su apellido a lo más alto del hockey sobre patines tanto en España como en el extranjero. Con tan solo 21 años, está consolidando como un referente en el panorama internacional de este deporte, llevando el nombre de Alcoy con él a cada pista.
Diego Mir, una leyenda
Para entender la trayectoria de Manu Mir, es necesario remontarse a la historia de su padre, Diego Mir. En 2002, Diego llegó al PAS Alcoy como jugador en un club recién ascendido a la Liga Nacional española. Su impacto fue inmediato, no solo como jugador, sino también como coordinador deportivo. En la temporada 2003-2004, asumió el cargo de entrenador del primer equipo de Primera Nacional y logró un histórico ascenso a la OK Liga, la máxima categoría del hockey sobre patines en España.
Durante las siguientes temporadas, consolidó al PAS Alcoy en la élite de este deporte, alcanzando logros como la conquista de la Copa del Príncipe, varias participaciones en la Copa del Rey y en competiciones europeas, y la clasificación para la Final Four de la Copa CERS de 2012.
Estos logros marcaron un antes y un después en la historia del club y del hockey alcoyano. Diego Mir no solo aportó resultados deportivos, sino también un modelo de trabajo y pasión. En 2016, tras 14 años en la entidad, dejó el PAS Alcoy.
Manu Mir nació, como él mismo dice, “con los patines puestos”. Desde pequeño, su sueño era formar parte del primer equipo del PAS Alcoy, un objetivo que lo motivó desde sus días en la base del club. Durante su infancia, vivió intensamente el hockey, jugando varios campeonatos de España en categorías inferiores. La pasión por este deporte lo acompañó en cada etapa de su vida, siempre con el objetivo de seguir los pasos de su padre y dejar su propia huella.
A los 13 años, su talento lo llevó a la cantera del FC Barcelona. Allí pasó dos temporadas en las categorías alevín e infantil. Posteriormente, comenzó su andadura internacional en Italia, una etapa que marcaría su desarrollo tanto personal como profesional.
Breganze y Valdagno
En Italia, Manu Mir se unió al Breganze, llegando a jugar dos temporadas. El equipo se mantuvo invicto en la Liga Regional del Véneto y conquistó un Scudetto, un logro que reafirmó su potencial como joven promesa del hockey. A los 17 años dio el salto al primer equipo del Valdagno, un club de renombre en la liga italiana. Allí pasó otras dos temporadas, compitiendo al más alto nivel y continuando su aprendizaje en un entorno exigente.
Durante su etapa en el Valdagno, tuvo la oportunidad única de ser entrenado por su padre, Diego Mir. “Fue una experiencia muy especial. Aunque a veces llevábamos a casa lo que sucedía en la pista, supimos compaginar ambas facetas”, recuerda. Esta relación no sólo fortaleció su vínculo personal, sino también su confianza mutua como jugador y entrenador. “Mi padre sabe mucho de hockey, y cada consejo que me da es una oportunidad para aprender”, comenta.
El salto a Francia
En la temporada 2022-2023, Manu Mir fichó por el Montecchio Precalcino, pero pronto dio el salto a Francia, uniéndose al equipo de La Vendéenne, donde actualmente disputa su segunda temporada. Estas etapas internacionales han traído consigo nuevos desafíos y aprendizajes. “El mayor reto ha sido la independencia. Vivir solo no fue fácil al principio, pero poco a poco me fui acostumbrando”, confiesa.
También tuvo que enfrentarse a barreras idiomáticas. Si bien su adaptación al italiano fue relativamente rápida, en Francia los primeros meses fueron complicados. “No poder comunicarme mucho con mis compañeros me hacía sentir un poco aparte, pero entrenar con los niños de la base del equipo y hacer amigos me ayudó mucho a integrarme”, explica.
A nivel deportivo, Manu destaca el nivel competitivo de la liga francesa, que lo sorprendió gratamente. “Desde fuera parece una liga más baja, pero la realidad es distinta. El primero puede perder contra el último, y cualquier cosa puede pasar”, afirma.
Aunque los pabellones en Francia son más pequeños en comparación con los de Italia, el nivel de juego es altamente competitivo. En su primera temporada con La Vendéenne, el equipo logró el subcampeonato liguero, un hito que esperan repetir o incluso superar este año. En su segunda temporada con La Vendéenne, el alcoyano está asumiendo un papel más protagonista tras la marcha de jugadores clave y un reciente cambio de entrenador.
Su objetivo personal es seguir sumando goles—lleva 10 hasta ahora—y consolidarse como un jugador sólido y experimentado. A nivel colectivo, espera ganar la Copa de Francia y alcanzar la Final Four en competición europea, un objetivo ambicioso pero alcanzable dada la calidad del equipo.
A sus 21 años, Manu Mir se encuentra en un momento clave de su carrera. Con más experiencia que muchos de sus compañeros, está asumiendo responsabilidades adicionales dentro del equipo. “Me siento capacitado para liderar en la pista y ayudar a mis compañeros a alcanzar nuestras metas”, afirma con confianza.
Vínculo con Alcoy y el Alcodiam
Para Manu, Alcoy no es solo su ciudad natal, sino también un lugar cargado de emociones y recuerdos. “Cada vez que vuelvo, lo hago con mucha alegría. Aquí tengo amigos que son como mi familia, y siempre llevo a Alcoy en el corazón”, asegura.
Su amor por el PAS Alcoy también está presente en sus pensamientos de futuro. “Me haría mucha ilusión volver al Alcodiam y jugar en la OK Liga. Es algo que he pensado muchas veces”, confiesa. Este sueño no solo sería significativo para él, sino también para su familia, profundamente arraigada en Alcoy.
La conexión de la familia Mir con nuestra ciudad es indiscutible. Sus padres y hermanas también comparten este sentimiento de arraigo. “Aunque mi hermana mayor no nació aquí, llegó con dos años y se siente tan alcoyana como el resto”, afirma Manu con orgullo. Este vínculo familiar y emocional hace que la idea de regresar al PAS Alcoy en el futuro sea especialmente significativa.