Jordi Camarasa, a un maratón de completar los seis «majors» tras disputar Nueva York

Ha terminado los maratones de Berlín, Londres, Chicago, Tokio y Nueva York y le queda Boston para colgarse la medalla de las Seis Estrellas

No tiene la mística de Atenas, ni la de Boston, que se corrió por primera vez en 1897 un año después de celebrarse los Juegos Olímpicos de Atenas, ni es la prueba elegida por los especialistas para establecer un nuevo récord mundial como sucede con Berlín, ni tiene la etiqueta de Tokio como mejor maratón del mundo. Sin embargo, en cuanto a popularidad y repercusión mediática, no tiene rival y convierten a la Maratón de Nueva York en un lugar de peregrinación para los especialistas de los 42,192km, con un recorrido que es puro goce por los cinco barrios más populares de la Gran Manzana.

Entre los 55.646 corredores que cruzaron el domingo la meta situada en Central Park –récord absoluto de participación en una maratón– había un alcoyano, Jordi Camarasa, que vivió el penúltimo episodio de ese reto personal en el que se embarcó hace dos años cuando decidió completar los seis “majors”, que incluye a los seis grandes maratones a nivel mundial, entrando así en el selecto club de los atletas que se han colgado la medalla de las Seis Estrellas.

Jordi Camarasa inició su particular cuenta atrás en 2022 en Berlín. Al año siguiente disputó Londres y Chicago y en este 2024 ya lleva tres maratones, puesto además de Tokio y Nueva York el domingo, en agosto pasado tuvo el privilegio de ser uno de los 20.024 elegidos que pudieron disputar la Marathon Por Tous, que fue la maratón popular que se organizó como parte de los Juegos Olímpicos de París en agosto pasado.
Ahora le queda un último escollo, que es la mítica Maratón de Boston para pasar a formar parte del exclusivo club de los World Marathon Major, a celebrar en abril próximo, en plena Semana Santa, lo que propiciará que pueda llevarse a toda su familia, como sucedió este verano en París, donde se hizo acompañar de su padre, su gran apoyo en esta última década como maratoniano.

¿Y después qué?. Es la pregunta para la cual no tiene una respuesta certera. “Quizás me tome un descanso”, llega a confesar. “Son muchos años de machacarme en solitario, de levantarme todos los días a las 5 de la mañana para entrenar y aprovechar las horas que los niños están durmiendo y así luego poder estar el máximo de tiempo con ellos”, confiesa recién llegado de Nueva York. Precisamente sus obligaciones familiares, además de las laborales, hizo que se tomara el tiempo justo para recoger el dorsal el día de antes, hacer un poco de turismo por la Gran Manzana y pegarse un gran madrugón para correr y con pocas horas de margen subirse otra vez a un avión de regresar a casa.

El estrés por disputar la maratón más popular del mundo no comenzó las horas previas a la carrera, sino los días antes de iniciar el viaje, a raíz de las noticias que iban llegando como consecuencia de las inundaciones por la DANA al tener vuelo desde Valencia con escala en Madrid.
“El viernes nos levantamos mi mujer yo a las 3 de la mañana para así tener margen para llegar a Madrid por si teníamos problemas a la hora de acceder a Manises. Afortunadamente todo fue de maravilla, tardamos sobre dos horas en llegar al aeropuerto, pero con tiempo suficiente para coger el vuelo que nos tenía que llevar a Madrid y luego a Nueva York. Hubieron más retrasos a la vuelta, cuando tardamos casi tres horas en llegar a casa desde Valencia”, recuerda Jordi Camarasa, a quien le impactó las palabras de un maratoniano francés, quien preocupado por lo que estaba sucediendo en Valencia, le confesó que su gobierno advirtió días antes que sus ciudadanos se abstuvieran de viajar a esta parte de España por peligro de inundaciones.

Camarasa habla de la compleja logística que supone tomar parte en un maratón de la magnitud de Nueva York. “Empieza porque ese día te tienes que levantar a las 3,30 de la madrugada cuando la salida se da a las 9. Después debes coger dos metros, trasbordo en un ferry que pasa cerca de la Estatua de la Libertad y finalmente, debes que coger un autobús que te deja en Central Park”, desvela.

“Luego la experiencia es brutal”, reconce Jordi Camarasa, “verte junto a gente de todo el mundo es alucinante. La carrera atraviesa los cinco barrios más populares de Nueva York –Staten Islan, Brooklyn, Queens, Bronx y Manhattan–. Llama mucho la atención el silencio estremecedor en el barrio judío. En el Bronx y Brooklyn es increíble la animación, te llevan literalmente en volandas. La Quinta Avenida, que coincide entre los kilómetros 39 y 41, se te acaba atragantando. Son dos kilómetros en permanente cuesta y llegan en un momento donde estás con la gasolina muy justa. Se me hicieron eternos. Luego la llegada a Central Park es una maravilla, una verdadera gozada. La disfruté mucho”, recuerda.

Jordi Camarasa completó los 42,192 km en 2 horas, 48 minutos y 47 segundos, siete minutos más que su mejor registro en una maratón, que consiguió en Tokio, cuando realizó 2 horas y 41 minutos. “No era mi obsesión, mi gran objetivo era disfrutar de la prueba y lo conseguí plenamente. Es una experiencia que recomiendo mucho”, explica.

Hace unos días se conoció que la Maratón de Sydney será el séptimo “major” para 2025, una decisión que ha creado cierta polémica. Es más, de cara al futuro se anuncia que se quiere aumentar a nueve el número de maratones, con las incorporaciones de Ciudad del Cabo (Sudáfrica) y Shangai (China), para 2026 y 2027, respectivamente. “Ahora mismo no lo veo factible”, responde el alcoyano, quien piensa más en tomarse un descanso que en hacer planes a largo plazo.

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