Todos volcados con la tragedia de la DANA: Voluntad de hierro y muchas ganas de ayudar
Desde el mismo día siguiente a la devastadora gota fría que arrasó Valencia, fue la solidaridad la que inundó la zona destruida por el agua y el fango
Voluntarios jóvenes en su mayoría, se han convertido en la principal mano de obra para limpiar las casas y calles de los municipios valencianos más afectados por las inundaciones causadas por la DANA la pasada semana. A nivel colectivo, como es el caso del Campus de Alcoy de la UPV (Universitat Politècnica de València), que se está trasladando estos días al epicentro de la tragedia para ayudar a los vecinos de los pueblos más castigados, pero también a título particular, una iniciativa espontánea de la que encontramos numerosos testimonios.
Por ejemplo, el de Paula Masiá y su hermana María, que acompañadas de sus respectivas parejas, no dudaron en viajar a Valencia a los dos días de producirse la riada y meterse, literalmente, en la boca del lobo. “Tardamos horas en llegar a Sedaví, carreteras hundidas, nos metíamos en charcos inmensos, se queda corto todo lo que contaban o veíamos a través de las redes sociales, era desolador, no sabías por dónde empezar”, relataba a principios de esta semana, todavía afectada por lo vivido en la zona 0.
“¿Cómo podemos ayudar?”, era lo único que se escuchaba en las calles del pueblo en el que recalaron estos cuatro alcoyanos. Eso y “el sonido de las palas achicando agua, el silencio era abrumador, todavía lo pienso y me pone el vello de punta”, confesaba esta joven, que aquel día presenció situaciones que cree que tardará en olvidar. “Me fui de allí satisfecha, segura de que había hecho lo que había podido, pero con la impotencia de saber que a aquella gente le esperan meses de sufrimiento, el viernes todavía estaban desamparados, era todo miseria y veías a la gente luchar por pura supervivencia”, afirma.
Regresaron a primera hora de la tarde, siguiendo el consejo de una vecina, que les alertó de que abandonaran el pueblo antes de que anocheciera por su propia seguridad. “Sentimos angustia, en el camino de vuelta casi ni hablamos” intentando procesar la experiencia. “Me quedo con que la gente, el pueblo al menos, estaba unido”, concluye.
Sedaví, Catarroja, Paiporta… y Pedralba, el municipio de la comarca dels Serrans de apenas 3.000 habitantes al que acudieron, también el pasado viernes, un grupo de unos 20 amigos de Alcoy. Gracias a difundir la expedición a través de las redes sociales, empezaron a recaudar donativos llegados desde distintas partes de España: A Coruña, Málaga, Alicante, Elche, Torrevieja, La Vega Baja…
> REPORTAJE COMPLETO EN LA EDICIÓN DEL VIERNES 8 DE NOVIEMBRE DE EL NOSTRE CIUTAT.