Pardo-Bravo: El legado infinito

Las pistas de fútbol sala del polideportivo Caramanxel Juan Agudo Garat pasarán a llevar el nombre de Roberto Pardo y José Antonio Bravo, en un acto institucional que se celebrará mañana a las 11 horas

Pardo-Bravo: El legado infinito
Roberto Pardo y José Antonio Bravo, los dos protagonistas del homenaje de mañana. D. V.

Pardo-Bravo o Bravo-Pardo, tanto monta, monta tanto, un tándem único cuya huella sigue imborrable con el paso de los años por el legado infinito que dejaron. Sin ellos, cada uno desde una faceta distinta que los complementaba, sería difícil explicar el fútbol formativo de nuestra ciudad a lo largo de casi cuatro décadas, pero de manera especial en los 80 y 90, los de mayor esplendor de su gran obra, que fueron las Escuelas Deportivas de Caramanchel.

Podría decirse de ellos que fueron unos adelantados a su época, creando de la nada, en el peor escenario posible, en un barrio con muchas carencias a todos los niveles y que rozaba lo marginal, algo que aún se recuerda y que ha llevado al fútbol alcoyano en general, desde su liga local hasta los clubes más representativos, sin distinción alguna, a unirse y movilizarse para reconocer una herencia inmensa.

Más que entrenadores, fueron formadores de personas, porque era lo que requería el momento, en un barrio en plena expansión que empezaba a crecer alrededor de uno de los edificios más denostados en aquella época, como eran las 672 viviendas o popularmente mal llamado Lian Shan Po. “Con decirte que algunos vecinos se subían el burro a casa”, recuerda Bravo.

Estar en aquel entorno, con niños de familias que muchas veces ni tenían para completar tres comidas al día, marcaron aquellos inicios a finales de los 70, con la resaca de décadas de dictadura y una democracia aún incipiente.

> LEA EL REPORTAJE COMPLETO EN LA EDICIÓN DEL VIERNES 11 DE OCTUBRE DE EL NOSTRE CIUTAT.

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